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SINOPSIS POLITICA 29/06/2019

                                   IGNORANCIA O PERVERSIDAD EN EL COMBATE A LA INSEGURIDAD

 En la pasada entrega se explicó como la corrupción gubernamental e infiltración de intereses insanos en las estructuras de la Fiscalía Regional y corporaciones policiacas, así como la incompetencia de los funcionarios, permiten la operación abierta (impune) y fortalecimiento de organizaciones criminales y al mismo tiempo crueles laceraciones a los sectores productivos de la región.

 Se informó, así mismo, como esos funcionarios incompetentes y pervertidos exhiben al gobernador. Ridiculizándolo ante la sociedad, al presentarlo como un sujeto que miente de manera reiterada, incapaz de honrar su palabra y en ocasiones evidenciándolo como un ignorante, que desconoce la realidad de su estado o un perverso que, conociéndola, se atreve a intentar crear esperanzas de procurar y administrar justicia, prometer combatir la inseguridad e impunidad y aplicar con todo rigor la ley; como ha sucedido en tres sucesos graves, con crímenes masivos de impacto social, que han trascendido a nivel nacional: el linchamiento en Crescencio Morales, la ejecución de cinco policías en Loma Larga, la violación de una menor y el asesinato de un torturado (estos dos últimos cometidos por su propia policía) y recientemente el video que exhibió la prensa nacional, donde una célula delictiva destaza el cuerpo de una persona y lo incinera.

 Cuando se suscitan eventos violentos de esa magnitud, el gobernador Silvano Aureoles se indigna, realiza concentraciones ciudadanas, cada vez más disminuidas, y promete que castigará a los responsables de esos crímenes, que irá por ellos a donde estén, porque incluso sabe quiénes son y hasta “más o menos” donde están. Pero nunca pasa nada, sus colaboradores lo juzgan demente y no hacen caso a sus indicaciones.

 Pero más grave que estos acontecimientos macabros, es la atención que nuestras máximas autoridades les dan, primero negándolo, después minimizándolos y finalmente culpando a “otros” de sus propias deficiencias y bajezas. Por ejemplo, el Secretario de Gobierno, como garante de la gobernabilidad del estado, en quien recae la obligación de reestablecer la tranquilidad de los michoacanos, para lo cual preside el gabinete de seguridad y coordina a los grupos de inteligencia, negó la presencia de células del crimen organizado en Michoacán y en la capital de la entidad. Pero, además, declinó que fuese su responsabilidad el conocimiento en la materia, a pesar de ser su compromiso central, y fue más allá, al sugerir que se les interrogue al respecto al presidente de Morelia, al Fiscal General y al titular de la SSP.

 Ya habíamos afirmado, desde que fue nombrado como Secretario de Gobierno, que Carlos Herrera Tello no reúne el perfil, las tablas, conocimiento, ni experiencia para una responsabilidad de tal envergadura, no tiene la mínima idea de lo que dicho compromiso representa, pues se trata de un sujeto frívolo, hablantín, ideal como candidato… pues, es de reconocerse su habilidad persuasiva para engañar estúpidos, y el tiempo nos concede la razón. Lo negativo, es que en otras regiones de Michoacán y del país creerán que todos los zitacuarenses estamos igual… mientras degrada a una institución que se había caracterizado de ser dirigida por personas serías, solemnes, sensatas y formales.

 Pues él, nuestro dos veces ex presidente municipal, se la vive obligando a su equipo de colaboradores a tomarle videos y subirlos a las redes sociales, ya sea pretendiendo bailar con personas de su mismo sexo y retorciéndose de manera sugestivamente sensual; o bien, preparando un equipo de camarógrafos en la puerta de palacio de gobierno, para que lo filmen llegando en motocicleta o abordando un taxi, para sentirse pueblo, mostrar que es un político vinculado a la gente, cercano a la raza, y no el burgués afeminado que se pudiese pensar.

 Pero lo más grosero e infamante para los michoacanos, esos que creían que no era posible una ofensa mayor a su inteligencia, se suscitó en el transcurso de la semana, cuando el señor Secretario de Gobierno, nuestro paisano, le entregó un reconocimiento a Fausto Vallejo Figueroa por su lucha contra las drogas y el crimen organizado. Cuando, durante el mandato de Vallejo Figueroa (como gobernador de Michoacán), se fortaleció tanto a las estructuras delincuenciales, que arrodillaron al gobierno, lo sometieron, penetraron y ultrajaron, que se tuvo que aceptar un gobernante alterno, en la figura del Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, que resultó peor que los mismos delincuentes que supuestamente vino a combatir.

 En resumen, Carlos Herrera condecoró al padre de Rodrigo Vallejo Mora, alias “el gerber”, recluido en una prisión federal, acusado por nexos con el crimen organizado…. luego niegan sus alianzas y sociedades con criminales, a los que no nada más brindan protección, si no que hasta los premian. Con esas conductas ¿Cómo esperan que los policías no se corrompan?

                                                                     MÁS y MEJORES POLICIAS

 No pretendo parecer fatalista, pero puedo asegurar (sin temor a equivocarme), que la contratación de más y mejor preparados (certificados) policías, no es la solución a la inseguridad y violencia que azota a todos los núcleos poblacionales de Michoacán, mientras no se extermine la corrupción en los altos niveles del gobierno; que, además de contaminar con sus perversas practicas a los ilusos cadetes, los inducen u obligan a delinquir, a corromperse, para juntar la cuota que les permita acceder a privilegios, así como comprar ascensos y plazas.

 Antes, hace casi cuatro años, se nos prometió una policía científica e inteligente, a cambio hemos tenido que soportar hordas criminales de extorsionadores, secuestradores y torturadores, al servicio de bandas delictivas en algunos casos y en otros, ellos mismos realizan ambas funciones. Si me equivoco o creen que miento, los invito a que me refuten.

 Un ejemplo, de lo limitados en capacitación e instrucción que suelen estar los policías, frente a la creatividad, destreza e intrepidez de los infractores, se suscitó el pasado jueves, cuando un subinspector de la Policía Federal fue víctima de “secuestro virtual” en Morelia. Es decir, los delincuentes no necesitaron siquiera presentarse frente a él, ni tocarlo, para “desaparecerlo” durante horas y quitarle su dinero, a un hombre que, supuestamente, es experto en materia de seguridad, que anda armado y cobra por prevenir conductas delictivas y proteger a la sociedad fue incapaz de protegerse así mismo y cuidar el patrimonio de su familia.

 Así andará de su conciencia el mando policial, como para que haya creído la versión de que se trataba de un grupo criminal, el que presuntamente le causaría daño a él y su familia, cuando es del dominio público que ese tipo de infractores, que “levantan”, “secuestran” y extorsionan por teléfono, normalmente operan desde las prisiones. Resulta lamentable y grotesco que un jefe policiaco haya sido víctima de un “secuestro virtual”, cuando hasta los niños se mofan de los delincuentes que pretenden extorsionar de esa manera: por teléfono.

 Pero insisto, si en verdad se pretende combatir la inseguridad y violencia, se debe empezar por desterrar las prácticas deshonestas de los funcionarios del gobierno, acabar con la corrupción de la clase política, pues el ejemplo que los gobernantes y líderes políticos le dan a sus seguidores, colaboradores y subordinados no es el más idóneo.

 No es posible exigir rectitud a los subordinados, si se vive de lo que se quita a los delincuentes, si además se les protege y premia; cuando para los directivos y jefes la prioridad es el dinero, el botín que se utiliza para denigrar la conciencia ciudadana, prostituirla para seguir escalando posiciones de poder político, aprovechándose de las necesidades de los votantes para, con migajas de lo que se robó o sobornó, se realicen campañas de mentiras para persuadirlos de que, los farsantes metidos a políticos, son la mejor opción para administrar sus bienes.

 En concreto, para combatir la inseguridad y violencia no ocupan más y mejores policías, se necesita barrer la casa desde adentro, aplicar sanciones severas a quien se atreva a realizar conductas indebidas, aplicar todo el rigor de la ley, de manera inflexible, a los altos funcionarios incompetentes y bandidos…pero eso jamás sucederá, es una utopía, pues casi todos son iguales, van por lo mismo y se protegen entre sí.

 Los políticos sin escrúpulos, sin honor ni dignidad, son peores que los “mañosos”; pues estos, en la mayoría de las ocasiones, delinquen por hambre, por falta de oportunidades, porque no tienen otra alternativa para subsistir y arriesgan todo, incluida la vida. Además, su permanecía es efímera, pues su destino es la prisión o el panteón en poco tiempo. En tanto los políticos, funcionarios y gobernantes delinquen y roban con premeditación, alevosía y ventaja, y cada día, entre más corruptos, traidores y criminales son, más poder van adquiriendo… en tanto, los más perjudicados, son los hombres (y mujeres) productivos, aquellos que tienen un modo honesto de vivir, que son obligados a pagar doble “contribución”: los impuestos al gobierno y tributo a los delincuentes.

 Y, parte de ese tributo o “cuota” que los delincuentes arrebatan al sector productivo, también va a parar a las manos del gobierno, a cambio de que se hagan “ciegos, sordos y locos” con el accionar de las organizaciones delictivas. Sucede en todos los niveles, no se vaya a creer que San AMLO y su “gente” están exentos de toda esta mierda: pregunten al Maestro Leonel Godoy, a su hermano y a los Cárdenas, entre otros.

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