Dejan vulnerable el patrimonio artesanal michoacano 

Por: Esteban Patricio M.

Las artesanías michoacanas siempre han sido motivo de orgullo y generan millones de pesos en ganancias para familias del estado. Los gobiernos del estado y municipales se jactan de ello, sin embargo, la protección legal de decenas de artesanías, que se elaboran en diferentes regiones de la entidad, se descuidó por omisión de autoridades, dejándolas vulnerables.

Las ganancias generadas por las ventas de artesanías en la entidad se cuentan por millones de pesos y se han ido recuperando tras el difícil “frenón” de la pandemia, algo que ha sido presumido por los gobernantes.

Pero el valor que legalmente se le añade a estas piezas por tener una marca colectiva, se descuidó y puede mermar ese “plus” que tienen las artesanías de diferentes regiones de la entidad.

ARTESANIAS, TODA UNA RAMA DE LA ECONOMÍA ESTATAL

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), aportados por el Instituto del Artesano Michoacano, son más de diez mil mujeres y hombres que dedican su vida a crear grandes obras de arte, en las 16 ramas artesanales de las que se tiene registro.

Es esencial mencionar que más de cinco mil 500 son mujeres artesanas, quienes desde muy pronta edad empiezan a elaborar las artesanías que se trabajan en sus hogares, cuyas diferentes técnicas aprenden de sus padres y abuelos.

El mismo Instituto del Artesano Michoacano, en diciembre de 2021, presumió que en ese año esa dependencia comercializó un total de 6 mil 179 piezas, por una derrama económica de 7 millones 357 mil 409 pesos. Lo que significó un incremento del 55 por ciento de venta del año pasado, que se vendieron 4 millones 744 mil 140 pesos.

Hay que recalcar que esta cifra de venta tan solo engloba lo vendido por esta dependencia estatal, pues a nivel estado son miles más y las ganancias podrían ascender a decenas de millones de pesos para las familias michoacanas.

Como ejemplo, en el año 2018 se detalló que los concursos y muestras artesanales organizados a lo largo de ese año, beneficiaron a más de ocho mil 500 artífices del estado y generaron una derrama económica de 27 millones 171 mil pesos.

LA TRANSFORMACIÓN DE LA COMERCIALIZACIÓN EXTIENDE LA PRESENCIA DEL ARTE MICHOACANO

La artesanía michoacana ha dejado de venderse solo en los puestos en calles y estanterías de tiendas en las zonas turísticas, para dar el paso a la venta a través de internet.

Este cambio ha demostrado que puede ser clave para expandir el alcance del gremio artesano de la entidad, pues los principales compradores de artesanías michoacanas en la tienda digital del Instituto del Artesano Michoacano son las personas de los estados del norte de México, como Monterrey, Chihuahua, Sonora, seguidos por las entidades del centro del país.


Incluso se han vendido piezas a países como Estados Unidos y Alemania, pero la mayor parte de las ventas son en el mercado nacional, pues significa casi el 90 por ciento de las ventas.

LA PROTECCIÓN LEGAL PARA AÑADIR VALOR


Muchas regiones y municipios de la entidad tienen especialización en la elaboración de una o varias artesanías, una herencia de cientos de años de especialización, y para proteger esta virtud de “copias” de otros sitios, se ha establecido el método de registrar marcas colectivas.

Pero ¿Qué son las marcas colectivas? El Instituto Nacional de Propiedad Intelectual define las marcas colectivas como “signos distintivos susceptibles de representación gráfica que pueden servir para distinguir la procedencia, el material, el modo de fabricación u otras características comunes de los bienes y/o servicios producidos y/o prestados por los miembros de una asociación”.

“Las marcas colectivas permiten diferenciar en el mercado estos productos y servicios de aquellos producidos o prestados por terceros y que no forman parte de dicha asociación o grupo”.

En Michoacán existen 48 marcas colectivas artesanales que fueron registradas por las autoridades, para proteger diferentes artesanías hechas en la entidad.


Entre estas marcas colectivas están los tejidos artesanales de Angahuan, la laca perfilada en oro y la manta artesanal de Pátzcuaro, el bordado de Santa Cruz, en Tzintzuntzan; las catrinas y la alfarería de Capula, la cantera y el ate de Morelia, las guitarras de Paracho, el cobre martillado de Santa Clara.

Pero durante los últimos cinco años, autoridades dejaron que venciera el registro de 25 marcas colectivas ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

Entre estas están el oro de Huetamo, los bordados de Tócuaro, Tarécuaro y Zacán, el tejido de Cuanajo, la alfarería de Tzintzuntzan, las piñas de barro de San José de Gracia, la silla de Opopeo, el mueble tallado de Pichátaro, el juguete artesanal de Michoacán o la fresa michoacana.

Ante esta situación el director del Instituto del Artesano Michoacano (IAM), Castor Estrada Robles, señaló que fue en los dos gobiernos anteriores que se dejó no solo de pagar, sino de tener acercamientos con los artesanos, por lo que ahora diseñan una nueva estrategia en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco).

El reto que ahora tienen por delante autoridades y sus dependencias relacionadas a economía y apoyo a los artesanos, es recuperar estas marcas y con ello proteger la originalidad de estas creaciones que tienen cientos de años de experiencia detrás de cada pieza.

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