Desaparecidos en Michoacán: una herida que no cierra

Por: Esteban Patricio M.

Michoacán lleva varios años entre los estados con más personas desaparecidas. Actualmente es el tercer estado con más ciudadanos en esa situación y se vislumbra como una deuda eterna que genera incertidumbre y evidencia el problema de inseguridad.

Las cifras de desaparecidos prevalecen en la entidad y la tienen entre los primeros lugares, pero cada persona que falta en su hogar es una familia incompleta, un vecino que falta y una deuda que sigue creciendo.

Otra conmemoración del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, en la que Michoacán lamentablemente figura.

DÍA DIFÍCIL

Desde hace poco más de una década la Organización de las Naciones Unidas instauró el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, porque se encontraron con que este ilícito es un problema mundial.

La desaparición forzada se usa a menudo como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos. La sensación de inseguridad que esa práctica genera no se limita a los parientes próximos del desaparecido, sino que afecta a su comunidad y al conjunto de la sociedad.

En la actualidad es común escuchar que a alguien “se lo llevaron” o “lo levantaron”, pero las desapariciones forzadas tienen una definición y esta se dice así cuando: se arreste, detenga o traslade contra su voluntad a las personas, o que estas resulten privadas de su libertad de alguna otra forma por agentes gubernamentales de cualquier sector o nivel, por grupos organizados o por particulares que actúan en nombre del Gobierno o con su apoyo directo o indirecto, su autorización o su asentimiento, y que luego se niegan a revelar la suerte o el paradero de esas personas o a reconocer que están privadas de la libertad, sustrayéndolas así a la protección de la ley.

Esta es la definición establecida en la declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, proclamada por la Asamblea General de la ONU, en su resolución 47/133, de 18 de diciembre de 1992.

El 21 de diciembre de 2010, la Asamblea General, en virtud de la resolución A/RES/65/209, expresó su preocupación, en particular, por el aumento de las desapariciones forzadas o involuntarias en diversas regiones del mundo, como los arrestos, las detenciones y los secuestros, cuando son parte de las desapariciones forzadas o equivalen a ellas, y por el creciente número de denuncias de actos de hostigamiento, maltrato e intimidación padecidos por testigos de desapariciones o familiares de personas que han desaparecido.

Por lo tanto, la misma asamblea decidió declarar el 30 de agosto Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que comenzó a observarse en 2011.


LA SITUACIÓN DEL PAÍS


En México hay más de cien mil personas desaparecidas y 2 mil 710 fosas clandestinas encontradas por los colectivos de búsqueda, no por las autoridades, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas o No Localizadas (RNPDNC).

Tan solo de enero a julio de 2023 desaparecieron 5 mil 48 personas, que es un promedio de 721 al mes.

La Comisión Nacional de Búsqueda utiliza el registro de vacunación contra covid-19 para el nuevo censo, el cual les ha permitido identificar que algunas personas que fueron reportadas como desaparecidas, fueron vacunadas.

«En Coahuila existen, por lo menos, cuatro casos de familias que han sido informadas por la comisión estatal de que sus seres queridos ausentes fueron vacunados, sin que les hayan proporcionado datos sobre su supuesto paradero», informó la organización “A dónde van los desaparecidos”.

MICHOACÁN ES TERCERO

Michoacán figura como el tercer lugar nacional en desaparición de personas, además de que la violencia por el crimen organizado e institucional han cobrado más de 300 víctimas en lo que va de este 2023.

Reconocidos oficialmente por el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, en Michoacán hay 8 mil casos, sin embargo, se estima que la cifra negra es mayor, pues el miedo de familiares de las víctimas a denunciar se convierte en factor, pues se sienten en riesgo y prefieren callar o incluso huir. Esto lo expuso recientemente Santiago Corcuera Cabezut, exintegrante del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas, y exmiembro del Comité Contra las Desapariciones Forzadas, ambos organismos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A esto se debe añadir la observación de que, desde 2019, se han asesinado o desaparecido a 46 defensores indígenas en México, sólo un caso ha terminado con una condena para el agresor. 

EL COLMO: BORRANDO LOS MEMORIALES

Por si la problemática en sí no fuera suficiente, recientemente hubo una acción que generó controversia sobre el tacto que hay en algunas instancias de gobierno hacia esta problemática, y ocurrió en la capital del estado.

En octubre de 2022 colectivos y agrupaciones de derechos humanos desvelaron un mural memorial de periodistas víctimas de desaparición forzada y había sido pintado por miembros del Taller Juan Panadero de Sinaloa y del colectivo Propuesta Cívica.

Este mural se hizo para «apropiarnos de espacios públicos para generar una memoria colectiva» y visibilizar que los periodistas están siendo agredidos por ejercer su profesión, además de hacer pública la grave crisis de inseguridad que padecen los reporteros en todo el país, señalaron aquel día que lo mostraron.

El mural se hizo en una de las paredes de la Plaza de la Paz que está ubicada a unos metros de la antigua Central de Autobuses de Morelia, en la zona norte del Centro Histórico.

Pero el sábado 5 de agosto un grupo de trabajadores del Ayuntamiento de Morelia pintó sobre el mural y lo sustituyó con el lema del actual gobierno de la capital: “Morelia Brilla”.

La acción le valió fuertes críticas al gobierno moreliano, señalando que es una acción que representa la intención de minimizar este problema y luego el presidente municipal Alfonso Martínez Alcazar salió a decir que hubo un “error de comunicación” por el que se borró el mural, este se repondrá el 30 de agosto próximo.

​La problemática de las desapariciones prevalece en la entidad y lamentablemente parece normalizarse, pero los recordatorios de sus consecuencias demuestran su gravedad y la deuda que prevalece en la entidad.

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