Versión Digital

Historias desde la oscuridad


Autor: Ricarda Vega Estrada

Empatía


La empatía es una de las capacidades humanas que reflejan el sentir (en ti), los
pensamientos y emociones de otro ser de una manera similar, sin dejar de ser
uno mismo. Todos los humanos, en algún momento de la vida, hemos sido
empáticos. Lo malo, es que no siempre lo somos, no siempre se nos despierta
la calidez humana que nos permite serlo, porque algunos días se nos hacen
más difíciles que otros, pues los días están llenos de emociones diversas, que
nos cambian de un momento a otro la forma de interpretar al mundo, se nos
modifican las percepciones por cualquier causa o efecto, influenciadas por el
contexto, influenciadas por quienes nos rodean.
Algunas veces las emociones afloran negativamente, pierden empatía, porque
chocan con nuestras creencias, difieren de nuestra ideología, o no son
compatibles con nuestra forma particular de ver la vida. Lo que sí sé, es que
nosotros tenemos la autoridad y capacidad de controlar las emociones, o la
podemos desviar para verlas de manera distinta, y así podemos trabajar la
empatía.
Cuando analizamos y modificamos nuestro patrón emocional abrimos la
oportunidad al crecimiento espiritual, así con la mente abierta, podemos
fácilmente analizar y razonar lo que nos sucede, o lo que sucede a nuestro
alrededor. Eso se da, para que la empatía sea natural y no obligada, si lo haces
de esa manera, si provocas que la empatía se dé de manera natural, sin
presiones, el efecto en ti y en quien recibe tu empatía será más favorable.
Alcanzarás un grado de felicidad indescriptible, algo que algunos filósofos,
experimentas lo inefable.
Muchas vece, cuando los acontecimientos nos son negativos, cuando nos
encontramos con personajes que no deberían ser objetos de nuestra empatía
nos preguntamos: ¿De qué nos sirve ser empáticos?, ¿De qué me sirve
ponerme en el papel del otro? Si el otro no merece nuestra consideración.
Sabemos que la empatía es algo subjetivo, porqué sale de nuestro lado

humano, pero a mí, personalmente, me sirve para reflexionar y analizar
posibles situaciones que se presentaran en el futuro, me reflejo en mi
interlocutor, en mi prójimo, me veo en él, veo lo que ya me sucedió, o lo que
quizá mañana me suceda, con ello, recordé un dicho que señala “nadie sabe lo
que viene hasta que llega”, y es correcto, no sabemos qué pasará en el futuro,
pero sí sabemos que estando preparados podemos hacer que ese futuro sea
menos brutal con nosotros.
Sabemos también que la empatía no previene el futuro, pero si nos prepara
para que ese futuro no me afecte en sobremanera, me prepara para tener una
visión más amplia y me preara para estar listo en caso de: ¿Qué pasaría sí
sucediera algo similar? ¿Cómo resolvería sí sucediera algo similar? ¿Cómo
actuaría en caso de que a mí me pasara esto? ¿Para qué lo haría hoy y no
mañana? ¿O cómo sería la mejor manera de resolver si lo veo ahora?
No quiere decir que me preocuparía sobremanera ahora tratando de aprender o
de imaginar escenarios negativos. No, simplemente reflexionaría y encontraría
las rutas más adecuadas que me permitan llegar a un objetivo, pensado que ese
objetivo es estar preparado para lo peor, esperando lo mejor, así tendremos un
antecedente en nuestro pensamiento para actuar de la mejor manera llegando
el día aciago, pero, sabemos que las preguntas están muy abiertas, de eso se
trata la subjetividad, de pensar en todos los escenarios y de cómo
resolveríamos las situaciones estando en los zapatos de ustedes o ¿Ustedes qué
harían?
Como ya comentamos, no es posible ser empático todo el tiempo, por los
múltiples acontecimientos que tenemos que modifican nuestra conduta. Hoy
en día hay muchos distractores que nos hacen dudar de que el ser humano sea
inteligente y nos hacen perder la fe en la humanidad, y nos alejan de la
empatía, los eventos son muchos y variados, cómo: el estrés, la falta de dinero,
la inflación, la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, el cambio climático,
los acontecimientos violentos en nuestro país, con todo ello es bastante
complicado estar tranquilo y estar pensando en ti mismo y pensar en otros de
manera empática.
Aunque sabemos a ciencia cierta que eso no debería ser una limitante, el ser
humano tiene mucha capacidad para interiorizarse, o para pensar por otras
personas, basta con una simple observación, con una simple mirada, que es
más que un simple abrir los ojos, es ir a la profundidad de los ojos, que te
permite sentir lo que los otros sienten y que seas uno con ellos, debes
profundizar en esa mirada que haga sentir lo que él otro siente, que te haga
comprender lo que él otro necesita, que te haga apoyar al otro sin reservas.

Ayudar a resolver alguna situación que el prójimo está intentando solucionar
es gratificante, debes comprender que cada experiencia que tengas, en la que
tu estés apoyando o en la que alguien te apoye, te generará un aprendizaje, una
lección de vida, o quizá bonachonamente te límites a decir que “es algo que
me pasó”, aunque no creo que sea correcto esto último, siempre debemos de
analizar, reflexionar esos momentos que son la vida, debemos practicar no una
vez, no dos veces, no con un persona, no con dos, ni solamente con aquel que
me caiga bien, sino con todos los seres humanos, todos somos susceptibles a
la empatía.
Ahora bien, este aprendizaje debe ir más allá de ser un simple aprendizaje,
debes aplicarlo en tu realidad cada que te sea posible, para que puedas crecer
en sabiduría. Comento esto, porqué hoy en día, no practicamos el aprendizaje,
somos meros merolicos, meros receptores, sin acuse de recibo. Nos llega una
información y apenas la vemos, no la analizamos, no la hacemos nuestra, solo
la enviamos o publicamos porque la sentimos útil. Generalmente nos pasa con
aquellas que tienen escritos pensamientos positivos, de cualquier tema; que
fomentan la paz, el amor y la empatía, quienes solo reenvían, muchas veces ni
comparten esas ideas, ligeramente pasan la mirada a las imágenes y hasta allí
llega su interés y compromiso.
Y ¿Lo más importante que es el mensaje?, y sobre todo es el: ¿Estoy de
acuerdo con eso que comparto? ¿Y lo aplico? Pensemos por un momento ¿En
cuantos mensajes positivos por alguna situación hemos reenviado o hemos
dado me gusta? Y pensemos ¿Cuál de ellos has llevado a tu realidad?
¿Cuántos de ellos has aplicado en tu vida cotidiana? ¿Cuáles sí? O ¿Cuáles
no?
Historias en la oscuridad, es un espacio que te invita a analizar las situaciones,
el leernos, no solamente se te invita a analizar al lector que eres, sino también
al escritor, que es un ser imperfecto, rebelde e incrédulo, y que día a día
comete errores, y así como comete errores, aprende de ellos, allí estriba su
crecimiento.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *