Alfonso Martínez Rojas

Zitácuaro, Mich.- Instructor de danza y guitarra, Alfonso Martínez Rojas, cuenta ya con más de 28 años de instruir a jóvenes de secundaria y preparatoria en el municipio de Zitácuaro, se ha preocupado de manera especial por rescatar y preservar la cultura mazahua y otomí de esta región. Es uno de los iniciadores y fundadores de la conocida “Rondalla Clavelitos” y en la actualidad es parte del proyecto del ballet municipal, así como del grupo de danza “Raíces de México”.

Mejor conocido como “Tata Poncho”, tiene ya más de 17 años brindando sus servicios de docencia en la escuela “José Vasconcelos”, de la comunidad de San Felipe Los Alzati, así mismo se ha encargado por varios años de dar clases a los alumnos la preparatoria “Melchor Ocampo” y la secundaria “Nicolás Romero”.

En el ballet municipal tiene un año que inició con este proyecto, mismo que es apoyado por el gobierno municipal, además de atender al grupo “Raíces de México”, en La Casona de La Estación.

Se ha enfocado en actualizar sus conocimientos y prueba de ello es que estudia los sábados una licenciatura en Danza Regional Mexicana, avalada por el Instituto de Iniciación Artística de Nayarit.

Sobre la forma en que lo identifican como “Tata Poncho”, señala que “es un pseudónimo de mucho respeto, tal vez alguna gente no le parece, pero a mi me agrada, es un sinónimo de respeto”.

“Mi trabajo no me gusta, me encanta, es mi vida, me la paso la mayor parte del tiempo trabajando, de lunes a sábado. Ya nada más me falta vender mole los domingos, o menudo, no sé que tenga que vender, falta trabajar los domingos”, dijo en tono bromista.

Dentro de sus experiencias, con su apreciada y querida rondalla “Clavelitos”, viajó a varias partes al interior de la república y todo este cúmulo de hábitos fueron muy gratificantes para Poncho, tanto para él como para sus mismos compañeros.

En una ocasión, relató Martínez que los contrataron para llevarle serenata a una novia, en el centro de Zitácuaro, de repente se abrió la puerta del balcón principal, salió el papá de  la muchacha, luego de escucharlos un par de canciones, bajó del balcón, les abrió la puerta y les preguntó que cuantos eran.

Luego se contaron y eran 17, pues los 17 se van a chin.. su ma…. Ante esta experiencia nos les quedó más que tomarlo por el lado amable y comenzaron a reír a carcajadas entre ellos.

Otro día le fueron a cantar a la novia de uno de los integrantes de la rondalla, de repente que sale un hombre con vestimenta tierracalentana y con un machete en la mano y preguntando “a quien chingaos le cantan”, eran como las 2 de la mañana, en eso uno de ellos se quedó tembloroso y responde tartamudeando “es que… aquí….. nos dijeron…… que era”.

Señala Alfonso que dentro de sus experiencias como instructor de guitarra, fue el haberle enseñado a Vicky este arte. Ella es una niña con Síndrome de Down, quien logró un notorio avance y se presentó en un congreso de niños especiales en la UNAM.

Martínez Rojas fue parte del proyecto “La Enseñanza de la Guitarra en la Escuela”, que era un método de coordinación múltiple, creado por el gobierno del estado en el periodo de Leonel Godoy y donde se le dio un auge importante.

En ese tiempo se destinaron 45 guitarras a alumnos de Zitácuaro, logrando la participación de la secundaria “José Vasconcelos” de San Felipe, la secundaria “Nicolás Romero” y la “ETI”.

Al final los alumnos se presentaron a un gran concierto en la ciudad de Morelia, con la participación de 450 estudiantes provenientes de todo el estado y el evento titulado “Orquesta de Guitarras” fue de mucho estimulo y alegría para los guitarristas.

Alfonso se Inició trabajando en la escuela preparatoria “Melchor Ocampo”, dirigida en aquel entonces por la maestra Victoria Badillo, hace aproximadamente 30 años y compaginaba su trabajo en el colegio “Lumena”, de la misma manera lo hacía en Benito Juárez a través de las secundarias generales.

Posteriormente aportó sus conocimientos artísticos en la secundaria “José Vasconcelos”, en la tenencia de San Felipe Los Alzati, comunidad que se ha distinguido por ser un baluarte de la etnia otomí en el municipio de Zitácuaro.

Uno de sus pasatiempos favoritos es el temascal y cuando tiene oportunidad disfruta de este baño de vapor prehispánico, el cual le brinda una sensación gratificante y relajante, “es algo muy bonito salir de lo caliente a lo frío”.

Recientemente fue contactado a través de las redes sociales e invitado a participar en las festividades religiosas de la iglesia de la “Santísima Trinidad”, donde finalmente le regalaron al público varias estampas regionales con la participación del ballet municipal.

Consideró que lo primero es darle el valor que se merece a nuestra cultura, a nuestras raíces de Zitácuaro. Finalmente todos los grupos de danza bailan danza de otros estados, como Jalisco, Veracruz, Sinaloa, pero se olvidan de las de Zitácuaro, subrayó.

Por otro lado agregó que el folclor mazahua y otomí le ha tocado ir aprenderlo directamente de las comunidades indígenas, se ha ido desde muy temprano, se ha acostado en la comunidad y se ha integrado a estos pueblos ancestrales, donde incluso pudo extraer cómo es la realización de una boda mazahua y que en una ocasión le tocó ser padrino.

Uno de sus proyectos es que la gente conozca los trajes regionales mazahuas y otomíes; por ejemplo, ha participado con sus alumnos en la ciudad de Uruapan en un concurso  estatal, donde se han traído buenos lugares y en este año se trajeron tres primeros, “es un orgullo ser el portador de la cultura de Zitácuaro”, expresó.

Se ha encargado de llevar algunos trajes regionales y productos de la región para anunciar la tradicional feria del 5 de febrero en ediciones anteriores, ante medios de comunicación nacionales y estatales.

Es descendientes de una mezcla singular, su abuelo era otomí, su abuela descendiente de españoles por parte de su padre, y por parte de su madre su abuela era purépecha y su abuelo era de los negros de la costa de Guerrero.

En alguna ocasión fue invitado para participar con algunos bailables dentro de la película “Los Cuatro de Michoacán”, posteriormente el mismo Alfonso y una chica fueron incluidos en un pequeño papel en la cinta.

El protagonista de la obra teatral “Cats”,  puede aparecer un día tomándose una cerveza en tarro en plena Avenida Madero, almorzando menudo con “Totón” por aquel rumbo de la central en Zitácuaro o bien disfrutando de unas ricas corundas envueltas en hojas de maíz en su cuenta personal de Facebook.

 

 

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