Zitácuaro

El alcoholismo común entre la población

Es un problema no sólo para el consumidor, también para quienes están al rededor.

Por: Gabriel Gómez Rodríguez

H. Zitácuaro, Mich. – Ver personas tiradas en las calles se ha vuelto común en cualquier colonia o ranchería, hay hombres que se han tirado completamente al vicio y enfrentan alcoholismo severo. Es un problema severo, no sólo para quien consume, también para quienes están alrededor, como es la familia, padres, esposa e hijos.

“El Despertar” ha encontrado testimonios de quiénes, en el pasado, se refugiaron en el alcohol y las drogas, tocaron fondo y luego de un tiempo abandonaron sus adicciones para convertirse en personas honradas, trabajadoras y responsables.

Consideran a las asociaciones de Alcohólicos Anónimos una comunidad de hombres y mujeres que comparten sus vivencias personales, teniendo como único requisito querer dejar de beber.

Aunque no se pagan cuotas, se hacen aportaciones para seguir sosteniendo el centro, para el pago de la renta del local y otros servicios, además para la compra de agua, café y azúcar.

Por otro lado, se dice que hace muchos años, en nuestro paíssurgieron los “teporochos”, que son personas bebedoras y de bajos recursos económicos. En esa época se acostumbraba comprar infusiones de hierbas mezcladas con alcohol, por la cantidad de ocho centavos.

Buscaban lugares donde les vendieran un “té por ocho centavos”, de ahí surgió el nombre. Estas bebidas han sido las más baratas y las compraban los borrachos que vivían como indigentes.

Un ex alcohólico, a manera de charla, mencionó que hay otros grupos a los que se les conoce como “escuadrones de la muerte”, que son personas tomadoras durante el día y la noche. La mayoría de ellos tienen entre 25 y 50 años de edad.

Algunas horas las dedican a realizar trabajos sencillos, ya sea vendiendo objetos o pertenencias personales, cargando bultos o mercancías, haciendo mandados, incluso pidiendo limosnas.

Se la pasan en espacios públicos, como jardines, ahí se les observa que siguen ingiriendo bebidas disfrazadas de refresco. En algunas colonias populares hay lotes baldíos, ahí se refugian los amantes de las bebidas alcoholizadas, además de ciertos consumidores de sustancias prohibidas.

El piso es su propia cama, ahí pasan su vida, pensando que van a tomar o que van a comer, luego regresan al lugar para cobijarse con una manta y no pasar frío en la noche.

Actualmente en la ciudad también hay diversidad de grupos de Alcohólicos Anónimos, donde pueden encontrar apoyo moral y social.

Aunque algunos califican que estos “grupos tradicionales” de doble A lucran con la sociedad, hay quienes han encontrado en ellos una solución a las adicciones y una luz en su camino.

Es muy común que las personas que sufren de la enfermedad del alcoholismo busquen hacer promesas para no volver a tomar durante algún tiempo. A estas promesas suelen llamarle juramentos.

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