Gobierno engaña, los servicios médicos no son gratuitos: Francisco Álvarez

Zitácuaro, Mich.- Francisco Álvarez Díaz, médico egresado de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, opinó sobre los servicios médicos que ofrecen los hospitales públicos y que en apariencia son gratuitos. “Aquí hay un fraude que hace el gobierno o el sector público, porque hacen creer a la gente que todo es gratuito y que las instituciones tienen todo lo adecuado para atenderlos”.

Señaló que las instituciones públicas siempre han tenido la carencia de personal. “Hasta donde sabemos la plantilla del Hospital General de Zitácuaro, que es la institución pública más grande de la región, no tiene su plantilla de médicos completa, no tiene médicos que hagan suplencias”.

De tal manera que si falta el cirujano, pues ese turno de 8 horas quedó descubierto, explicó.  “A veces da la impresión de que es más fácil decir no hay cirujano, no hay anestesiólogo, en lugar de tratar de brindarle una atención pronta y oportuna a quienes ocupan un servicio o emergencia”, subrayó.

Una opción es esperar el siguiente enlace, del siguiente turno, si la patología lo permite, porque un paciente tiene más riesgo al ir tocando puertas en esas 4 o 5 horas, que esperar el enlace de turno. Si no hay ginecólogo, pero en el siguiente enlace llega, esa paciente puede estar más segura en el hospital que andar buscando quien la asista en el hospital u otro, apuntó Álvarez Díaz.

“Platicando con los compañeros que trabajan en las instituciones públicas, vemos que esto es una irrealidad, vemos que es una mentira, es una farsa. Llega el paciente creyendo que ahí va a encontrar todo lo necesario para la atención y empezando porque no está completo el personal médico, porque faltan recursos materiales para atender al paciente”, expresó.

“¿Qué pasa cuando haces creer a un enfermo que le vas a regalar todo?, pues la gente no tiene una reserva de dinero para ir a un hospital privado, donde el paciente paga todo, desde medicamentos, si requiere cirugía, anestesiólogo, ayudante, cirujano, ginecólogo. Obviamente las cuentas se van incrementando”, añadió.

“A una paciente que le hiciste creer que su parto o su cesárea no le va a costar nada, pues lo que pague en un hospital privado es mucho, aunque sea a precios aceptables. Me estoy refiriendo a la atención de un parto y una cesárea. Que hay precios accesibles en un momento dado”, abundó.

Así mismo destacó que el “paciente de urgencia” representa un reto, porque generalmente son patologías graves, que no se tenían previstas y que ocurren en los momentos inadecuados, ya sea en la noche o en fin de semana.

Indicó que es importante clarificar que una urgencia debe de serlo realmente; por ejemplo, enfermedades que ponen en peligro la vida y que en este caso los médicos y las instituciones “deberíamos estar preparados para estas contingencias”.

Para ello explicó que una hemorragia en una mujer embarazada es una urgencia,  un problema en el corazón de un paciente es una urgencia, lo mismo ocurre con la deshidratación de un niño y en ese caso clínicas privadas, como institucionales, deben estar preparados, contar con la capacidad para resolverlas.

“Porque de otra manera se presenta este peregrinar de los pacientes, de que van a un lugar y no tienen “equis” servicio, y van a otro lugar y no tienen ese recurso, mientras el paciente anda peregrinando.  Si hablamos de mujeres embarazadas, el riesgo es para la mamá y para el niño”, puntualizó Álvarez Díaz.

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