La crisis de agua que espera a Michoacán en 2024

La crisis de agua que espera a Michoacán en 2024

Por: Esteban Patricio M.

La dura temporada de calor y las escasas lluvias han encaminado a Michoacán a un futuro de incertidumbre, en el aspecto ambiental y el económico, al grado de que las autoridades estatales ya consideran declarar emergencia en decenas de municipios de la entidad por el problema que hay, y que en 2024 se agudizará.

UN INICIO “ENGAÑOSO”

En abril de 2023, poco antes de la parte más fuerte de la temporada de calor, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que en la entidad se tienen registrados 46 municipios con sequía severa, otros 46 en moderada.

El panorama sonaba complicado, pero si se hacía una comparativa con la situación de la entidad justo un año atrás, parecía no estar tan mal, pues en abril de 2022 el mismo reporte indicó que sólo 28 municipios tenían sequía severa y 36 sequía moderada.

Pero, en 2022 no había ningún municipio con sequía extrema, mientras que para 2023 eran 19. Las afectaciones de esto se concentraron en zonas de Tierra Caliente, oriente y sierra, cuyos escasos ríos permanecieron secos varios meses.

En esos momentos los ayuntamientos de esa región se plantearon crear abrevaderos para el ganado, como otra solución para resistir los tiempos secos y de altas temperaturas, donde la muerte de vacas, becerros y otras especies, es habitual.

La situación llegó al grado de que el Gobierno de Michoacán decretó estado de contingencia ambiental la temporada de estiaje 2023. 82 por ciento del territorio estatal se encuentra en algún grado de sequía, lo que representa un aumento el 28 por ciento respecto al año pasado.

LA EVIDENTE FALTA DE LLUVIAS

Para fines del mes de junio, el titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en Michoacán, Cuauhtémoc Ramírez Romero, reconoció que los cultivos de la entidad ya presentaban deshidratación.

Los cultivos con este problema eran los de la Meseta Purépecha, así como los del Oriente (Epitacio Huerta, Contepec, Zitácuaro, Ocampo y Angangueo), los del Bajío y los ubicados en la Ciénega.

Para esas fechas se supone que la temporada de lluvias ya había iniciado, pero las precipitaciones habían sido pocas en la entidad y a pesar de que estaba en plena temporada de aguaceros, los reportes eran todavía de algún grado de sequía en el estado.

LA EMERGENCIA QUE SE BUSCA

El pasado 6 de octubre, la Asociación Civil “Pueblos del Agua”, alertaron desde el Congreso del Estado sobre una muy posible escasez del líquido para el siguiente año, augurando un 35% de la capacidad de las presas para 2024, “si eso pasa, en el mes de marzo ya no habrá agua para trasvasar, por eso nuestra posición es la de la conservación de los mantos acuíferos y de los bosque”, expuso la vicepresidenta de la organización civil, América Nateras.

Actualmente las presas de la entidad están al 39%, pero existe indiferencia de las autoridades ante los llamados de colaboración en el tema, lo que puede generar que la situación empeore.

Para el 11 de octubre, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, adelantó la posibilidad de solicitar la declaratoria de emergencia en Michoacán.

Se explicó que se buscará gestionar el procedimiento ante la federación, como parte de las acciones inmediatas para contrarrestar la sequía, que afectó a 105 municipios y regiones agrícolas de la entidad.

Una semanas antes el director de la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom), Rosendo Caro Gómez, ya había expuesto que “estamos tomando precauciones y preparándonos para que los daños no sean tan severos en los bosques y selvas; ya que la situación puede ser igual de crítica”.

Pero, ya que el 70 por ciento de los municipios presentó sequía severa ante la escasez de lluvia, este año se buscará que se declare en emergencia la entidad por el tema.

LAS OTRAS CONSECUENCIAS

Pero más allá de un título o estado que se busque establecer para tomar medidas, la preocupación mayor de los michoacanos estará en sus propios bolsillos, ante este problema que crece.

La sequía de este año impactó en la producción de hortalizas y otros granos en la entidad, al grado de hacer perder hasta un 70 por ciento de lo que Michoacán generaba anualmente, según reportes oficiales.

El secretario técnico de la Unión Ganadera Regional de Michoacán, José Manuel Hernández Helguero, declaró a fines de septiembre, que por cada hectárea de cultivo lo común es que se produjeran entre cuatro y cinco toneladas al año, pero esto pudo haber disminuido hasta en más de dos terceras partes por la extensa sequía que se ha padecido este 2023.

Una primera consecuencia fuerte llegará en los siguientes meses, pues los granos no sólo sirven para alimentar a la población, sino que también se utilizan como alimento para las cabezas de ganado y las aves, por lo cual habría pérdidas aún incuantificables en el sector agropecuario.

De esta manera la sequía encarecería tanto el precio de la carne como el de los alimentos, golpeando la canasta básica y por tanto los bolsillos de los michoacanos.

En varios estados de la república se ha señalado que el incremento en los costos del maíz traería como consecuencia el incremento en el precio de la tortilla, uno de los alimentos básicos de los hogares mexicanos.

Los estragos de aguantar fuertes calores en el mes de mayo y junio pasados apenas fueron un aviso de la dificultad que podría llegar a la entidad por la crisis del agua, ¿Estaremos preparados para afrontar ese panorama?

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