Plantaciones de aguacate impactan en el desabasto de agua en la región

H. Zitácuaro, Mich. – El impacto ambiental, en la región oriente del estado, ha sido en gran medida por plantaciones de aguacate. De tal manera que cada planta consume en promedio 400 litros de agua por riego. Esto repercute de manera considerable en los yacimientos, por lo que hay un déficit del vital líquido. Ignacio Sánchez Avilés, consideró que una hectárea tiene un promedio de 100 árboles, en una plantación de 10 por 10, lo que equivale a 40 mil litros de agua por hectárea, por cada riego.

Precisó que en la región hay más de mil hectáreas de aguacate, que por riego consumen 40 millones de litros de agua, lo que equivale a 2 millones de garrafones de agua de 20 litros. “Esa es la magnitud del déficit de agua que comenzamos a tener en la región”. Recalcó que los daños ocultos que provoca el aguacate, también llamado el «oro verde» en México, son devastadores. Michoacán, siendo el mayor productor del mundo, ha pagado un costo muy alto por su cultivo.

Subrayó Sánchez Avilés que, desde hace varios años las siembras de la fruta han provocado la deforestación de miles de hectáreas de bosques de pino y encino, datos aportados por instituciones oficiales. En muchos casos los productores provocan incendios forestales, para luego plantar árboles de aguacate en el terreno devastado. Así mismo se las ingenian para esconder las plantas entre los pinos, a los que cortan uno a uno y así evadir a las autoridades.

Informó que cada 12 meses se pierden entre 600 y mil hectáreas de bosque por este motivo, según datos del gubernamental Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Zitácuaro no es la excepción y por ello antes de hacer proyecciones hasta el 2024, se debería planear como cuidar el recurso natural que nos queda.

Un cultivo de aguacate utiliza casi el doble de agua que un bosque bastante denso, lo que significa que menos agua alcanzan los ríos de montaña, de los que dependen los bosques y los animales. Manifestó que de manera legalmente en Michoacán no se autoriza cambiar la vocación del suelo forestal por agrícola. Sin embargo, cuando los árboles de un bosque son talados o se incendian, el terreno puede ser utilizado para las siembras, que en los últimos años han sido principalmente de aguacate.

Agregó que la mayor parte de incendios y deforestaciones son intencionados, con el fin de que declaren madera muerta la que se ha quemado y entonces introducen allí el cultivo del fruto color verde. Esta invasión se realiza poco a poco, por ello es difícil detectar desde el aire la deforestación paulatina. Sin embargó, expresó, el impacto es el mismo.

Sánchez Avilés ha participado en el combate frontal contra incendios forestales, con la ayuda de instituciones del medio ambiente, así como agricultores. Asimismo, ha hecho campañas permanentes para la preservación de los recursos naturales.

Además, en algunas comunidades rurales emprendió actividades de reforestación, para contrastar con el uso irracional de los recursos naturales, como es el bosque. Aunque ha alzado la voz para frenar el deterioro ambiental, considera que hay una ambición desmedida de particulares.

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