Simón Vega Vázquez
Zitácuaro, Mich.- Simón Vega Vázquez se convirtió en vendedor de nieves desde hace más de 40 años, curiosamente utiliza un micrófono para comunicarse con el público y de esta manera atraer a sus clientes.
Aunque es originario de la población de San Felipe de los Alzati, con el paso del tiempo se vino a vivir a la ciudad. Su trabajo lo desempeña prácticamente todos los días, toma su carrito de madera y sale a las calles y plazas de la ciudad para ganarse el pan de cada día.
Aunque ya es de la tercera edad, intenta enfocar su entusiasmo y esfuerzo diario en vender nieve de pistache, vainilla y mamey.
Recuerda que durante varios años la gente acostumbraba mucho a deleitarse de la nieve de limón; sin embargo, al paso de los años las ventas fueron decayendo, por lo que hubo la necesidad de ofrecer otra variedad de sabores, como la nieve de mamey, que incluso es la primera que se le termina.
A bordo de un carrito de madera recorre las céntricas calles de la ciudad y luego se acomoda en alguna esquina para ofrecer su nieve, aunque con esta temporada de suspensión de clases bajaron mucho sus ventas, espera que pronto esté afueras de las escuelas ofreciendo su rica y deliciosa nieve.
Don Simón reconoce que por edad su estado de salud ya no es el óptimo; pero no tiene otra opción, más que salir a trabajar para ganarse unos pesos. Antes hacía su propia nieve, pero ahora la tiene que comprar ya hecha.
Fue a través de un amigo que conoció el oficio de hacer nieve y después, sin darse cuenta, se siguió de largo y es hasta la fecha que sigue como vendedor, llegando ya a más de 4 décadas de trabajo casi continuo.
Nieve de mamey, vainilla y pistache, son los sabores que ofrece diariamente a niños, jóvenes y adultos, quienes siempre buscan el mejor momento para degustar un helado del carrito de don Simón Vega.
Simón Vega procura estar trabajando antes del mediodía en las calles de la ciudad y se asegura de que sus clientes sean bien atendidos, igual aprovecha esta temporada de calor para deleitar a chicos y grandes.
Gracias a este noble oficio ha podido sacar a su familia adelante, mientras que a sus hijos también les ha dado en la medida de sus posibilidades para su educación.
Sin duda don Simón es un ejemplo de vida, en su hogar no falta comida, aunque pobremente, pero lo importante es que estén todos juntos.
Cuando tiene tiempo también se detiene a platicar con la gente, se nutre de charlas. Además, procura que sean amenas. Mientras tanto a algunos jóvenes les aconseja que se interesen en aprender un oficio, porque es triste ver a los adultos abandonados en vicios, en lugar de trabajar honradamente.