Zitácuaro y sus personajes
Zitácuaro, Mich.- A lo largo de la historia varios escritores e historiadores se han interesado en dejar plasmada la vida y obra de algunos personajes que llegaron a Zitácuaro, como es el caso del arquitecto Roberto Herrera Medina, quien en su libro “Zitácuaro, una mirada a su evolución”, hace referencia a “Los inmigrantes de Líbano y España” y en otro apartado les llama “Las familias pioneras, establecimientos comerciales e industriales”.
La presencia de las familias libanesas en Zitácuaro tiene su origen en la emigración de este grupo étnico del Oriente Medio a partir de 1896, por diferentes razones, geográficas, comerciales, clima y tolerancia ideológica, menciona el escritor Roberto Herrera.
“El ave Fénix, deslumbrante y de grandes poderes, vivía –dice el relato mítico- durante un milenio. Desde la India volaba hasta el Líbano cada cien años y ahí, entre frondosos bosques de cedros, se quemaba en ámbar e incienso para después de tres días renacer de sus cenizas y regresar a su tierra de origen”, menciona el historiador en su introducción.
Durante la dominación turca a Líbano, este pueblo se vio severamente embestido: las vejaciones, asesinatos y despojos eran fenómenos cotidianos.
La inseguridad, carencia de empleo, empobrecimiento y esperanza de mejor vida obligaron a los emigrantes a trasladarse a nuestro país. La mayoría quemó sus naves, pues no tenía en su mente regresar a su país natal, por las condiciones imperantes.
LAS FAMILIAS PIONERAS, ESTABLECIMIENTOS COMERCIALES E INDUSTRIALES
El patriarca de la familia, don Salomón Esteban, llegó a nuestro país de Beit Al-Chaar, Líbano, en el año de 1886.
Contrajo matrimonio en Líbano con la señora María Jorge. Quedaron allá sus hijos Emilio y Juan y su hermano Estefen, quien estaba casado y tenía dos hijos: Antonio y Cecilia.
Llegó al Puerto de Veracruz y de éste lugar por ferrocarril hacia la Ciudad de México, posteriormente transbordó para llegar a Zitácuaro.
Una vez establecido aquí, en esta ciudad, envió dinero a su país natal para costear el viaje de sus hijos Emilio y Juan; el primero llegó a la edad de dieciséis años y el segundo de doce. De igual manera se encargó de pagar el viaje de su hermano Estefen, de su cuñada y sus sobrinos Antonio y Cecilia.
El mayor de sus hijos, Emilio Esteban Jorge, se dedicó inicialmente a la compra-venta de alhajas, en la ruta Zitácuaro-Angangueo-El Oro-Maravatío.
Además, una de las primeras actividades mercantiles de don Emilio fue la distribución de alcohol de caña.
Dio apertura a la tienda “El Porvenir”, en la que fuera la tienda “El Roble”, misma que era de don Francisco Villalobos, ubicada en la esquina de Dr. Emilio y Melchor Ocampo.
Contrajo matrimonio, por primera ocasión, con la señora Matilde Baruki, con quien procreó dos hijos: Sara y Salomón, quienes tenían 3 y 9 años cuando volvió a contraer nupcias.
Al fallecer su primera esposa, se casó con la señora Irene Polos y procrearon a 7 hijos, 4 hombres y 3 mujeres: Manuel, Pichir, Yamil y Rodolfo, Mileda, Julia y María Elena.
La familia tenía en su poder varios bienes raíces, entre los que destacan edificios comerciales, por ejemplo el “Hotel España”, mismo que fue vendido para brindar atención médica al padre de don Emilio, debido a que padecía diabetes.
La familia también adquirió una casa ubicada a un costado del mercado principal, “Melchor Ocampo”, misma que ahí tenía su botica don Manuel Ramos Rodríguez. La propiedad finalmente fue heredada a sus hermanos Antonio y Miguel Esteban.
Uno de los negocios más importantes fue sin duda “Almacenes Los Cedros”, mismo que se localizaba sobre la calle 5 de Mayo norte y que se estableció por el año de 1922.
De igual manera se dio apertura a “Flor de Líbano”, que era una tienda de ropa, mercería, telas y prendas populares, considerada la más importante de la región oriente. Su éxito perduró por varias décadas, de 1945 hasta 1965.
“Los Cedros”, como se mencionó líneas arriba, fue un negocio rentable de la familia Esteban Polos, se menciona que inicialmente todos los miembros de la familia trabajaron coordinadamente. La venta de pantalones de mezclilla para su venta directa a menor costo, 1938, permitía la constante afluencia de clientes al medio mayoreo y menudeo. La clientela llegaba no solo de Michoacán, sino hasta del Estado de México.
El 4 de noviembre de 1946 el señor Gabriel Sáenz Gutiérrez, se adjudicó la concesión para operar la primera radiodifusora local, la llamada XETA, lo que significó un factor de desarrollo comercial para la población de Zitácuaro.
En su tiempo la difusión de noticias, música y comentarios, así como la publicidad comercial eran bien vistos por el público radio escucha. En vista de que varias empresas de la familia Esteban Polos eran los clientes más importantes, de común acuerdo fue adquirida la radiodifusora a su propietario Gabriel Sáenz.
De igual manera la familia se interesó por adquirir otra concesión oficial para el establecimiento de una nueva radio difusora, la cual llevó por nombre XELX. Llegaron a Zitácuaro a la gerencia el señor Pedro Muñoz y el señor Clemente Uribe, como productor, provenientes de la Ciudad de México. Al final el señor Manuel Esteban Polos adquirió, mediante el pago a los accionistas, la totalidad de las acciones de esa empresa, por lo que asumió la propiedad total de ambas estaciones.
La familia también incursionó en otras actividades de la administración pública, dada su relación política y de amistad con gobernadores michoacanos, como David Franco Rodríguez y Agustín Arriaga Rivera.
Don Manuel Esteban logró contactar con el gerente de plaza de Toluca a quien convenció para que se diera la apertura de una institución bancaria, por el año de 1948, fue así que el Banco Nacional de México inicialmente operó en la calle de Lerdo de Tejada poniente y 5 de Mayo sur, en un edificio propiedad del señor Enrique Domínguez. Posteriormente, solamente calle de por medio, a la planta baja del “Hotel Michoacán”, propiedad del señora Ramón Rosales, hasta que el 15 de enero de 1982 se reubicó a su actual domicilio.
