Zitácuaro

En Zitácuaro hay héroes de carne y hueso

-Fisioterapeuta una tradición en Zitácuaro.

Por: Marina Vilchis Herrera.

Un ejemplo de ello, es la fisioterapeuta Maricela Pérez Avilés, quién cada fin de semana ayuda a muchas personas con su rehabilitación en terapias físicas. Ella es un ejemplo de vida, ya que ayuda a muchas personas sin distinción, tiene vocación de servicio por su profesión, siempre con un trato amable hacia los demás.

En entrevista testimonial para El Despertar, a la terapeuta físico Maricela Pérez Avilés, nos detalla cómo es que tantas personas recurren a ella:

 – ¿Cómo comenzó a dar terapias?

“Tenía un gimnasio en Toluca, entonces decidí ayudar a las personas que se sentían mal, fui ayudando a las personas. Tiempo después conocí a una amiga que tenía un asilo en Ixtapan de la Sal y me pidió que le ayudara a dar terapias ahí y tuve que irme a Toluca a hacer especialidades y me quedé trabajando ahí un año, posteriormente el director de ISSTE me invitó, y así”.

– ¿Cuántos años tienes danto terapia profesionalmente?  

“Terapia en recuperación prácticamente 16 años”.

– ¿Quién te inspiró a ser fisioterapeuta?

“Mi papa fue jugador de futbol y como era muy bueno, después fue entrenador de la tercera división de futbol aquí en Zitácuaro. Entonces de la Federación Nacional de Futbol lo mandaron a estudiar para Quiropráctico en México. Él nunca pensó que fuera hacer una profesión, pero sacó adelante a diez hijos a partir de su profesión y dejó de atender personas hasta los últimos días. Duró más de 60 años atendiendo a muchísimas personas.

Uno de los casos más difíciles, es un señor que se llama Armando, tenía un historial clínico de que se resistió a un asalto y tenía 5 balazos, uno perforó parte del estómago, pulmón, brazo, pierna y parte del hígado con un solo balazo. Hubiera muerto, estuvo en terapia intensiva tres meses. Cuando me dijeron a mí que le tenía que dar la terapia para recuperación, porque ya lo tenían que dar de alta y mandarlo caminando… él pesaba 50 kilos y lo comencé a estirar poco a poco… tenía muchísimas contusiones, parte del pelo se le había caído y sus pies tenían muchos hematomas”.

“Armando media 1:90 y necesitaba estructurar el daño por falta de movimiento. Esa fue la primera terapia. Se tienen que dar cada tercer día y dejamos un día de reposo. Armando comenzó a hablar más fluido y sus ojos vislumbraban otro estado de ánimo. fueron 4 terapias y cuando se pudo dar de alta ya caminaba 8 minutos en su caminadora. en febrero de este año Armando está totalmente en recuperación”.

– ¿Qué días atiendes para los que no te conocen? 

“Estoy sábado y domingo, el sábado a partir de las 5:30 y el domingo de las 9 a las 3:00 de la tarde, porque tengo que regresarme a Toluca, donde radico”.

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