Opinión

¿Dónde está la Iglesia en la Pandemia?

P. Agustín Celis

Esta es una de las preguntas más duras que la Iglesia se ha hecho a sí misma. Sin embargo, la Iglesia en estos tiempos de la pandemia, se volvió más fuerte, ya que encontró este terreno pedregoso donde plantar la semilla.

Siempre hemos visto a la Iglesia caminando a la par en con la sociedad, generando políticas sociales más humanas para las personas y en este tiempo de la pandemia siempre estuvo ahí, muy cerca de la sociedad.

En los últimos meses, hemos visto como una gran cantidad de sacerdotes, religiosas y religiosos han expuesto su propia salud para ayudar a los hermanos más necesitados de la sociedad, actuando con creatividad a favor de la sociedad. Acompañando a las familias en el proceso de duelo por la pérdida de algún familiar.

La pandemia de COVID–19 es uno de los desafíos actuales a nivel mundial y en particular en la Iglesia; en este tiempo, tanto sacerdotes, religiosas, consagrados y agentes pastorales han volcado todos sus esfuerzos para combatir esta crisis humanitaria a través del acompañamiento e iniciativas solidarias, destinadas en especial a aquellas personas que sufren los efectos de perdida de trabajo y escasez de vivires o incluso apoyando a los hospitales con algunos implementos para equipar las salas de atención a los enfermos.

Hemos visto una serie de acciones de una Iglesia en salida, una Iglesia que no se ha quedado de brazos cruzados, sino que mostró al mundo ciertas manifestaciones de una Iglesia solidaria y compasiva. Una Iglesia que es padre y madre, en la creatividad para atender espiritualmente a los enfermos y la consejería a las familias, utilizando todos los medios posibles para estar cerca de los que sufren.

Todo esto, ha sido sin duda una manifestación de una Iglesia, que ha entendido claramente cuál es su misión y que se ha comprometido con la sociedad, donde viven los fieles laicos, pero también es solidaria con quienes no comparten la misma fe.

La Iglesia siempre ha estado muy cerca y también vive el dolor de las personas, ha abrazado con misericordia a sus hijos. Ha entendido que comunicar la esperanza, es uno de sus desafíos en el que se vea el futuro con creatividad y al mismo tiempo provocando el diálogo y la reflexión común para custodiar la verdad.

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