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SINOPSIS POLITICA 18/08/2018

LOS VIRREYES DE AMLO
En materia político-electoral Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, ya está construyendo (o fortaleciendo) una súper estructura, que algunos politólogos ya califican como “el poder de poderes” de López Obrador y ellos son los 32 súper delegados que serán enviados a las entidades federativas en calidad de “Virreyes”, tipo Alfredo Castillo Cervantes, aquel nefasto personaje que aprovechó ese mismo nombramiento para someter a Michoacán y ultrajar a los michoacanos. Ofensa que se ha prolongado, a la fecha, a través de esbirros suyos infiltrados en la Procuraduría General de Justicia del estado y en el Partido Revolucionario Institucional, de Michoacán.
Así, como lo hizo Peña Nieto con Castillo Cervantes en Michoacán, pretende hacerlo AMLO en todo el país, creando una red de 32 comisionados con facultades plenipotenciarias. Estructura que estará soportada por un promedio de ocho sub delegados por entidad federativa. Cuya función “oficial” será la de supervisar el uso de los recursos federales, así como decidir que obras no quiere “el pueblo” que se hagan; pero el propósito real, es crear cacicazgos políticos que ejerzan control y desplacen a los existentes.
Para empezar, se intentará que esos delegados, comisionados o coordinadores, se conviertan en un poder paralelo al de los respectivos gobernadores; pero, al menos en Michoacán, resulta imposible no relacionar en este tema a López Obrador con Peña Nieto, ni a Roberto Pantoja con Alfredo Castillo.
EL “VIRREY”, HIJO PUTATIVO DE PEÑA NIETO
También es difícil no recordar como el enviado de Peña se convirtió en una figura que rivalizaba -por no decir superaba- con el propio gobernador, no sólo en materia de seguridad, que era su tarea, su misión, y por la cual recibía decenas de millones de pesos mensuales, para hacer realidad “la seguridad y el desarrollo integral del estado”; pero se enfocó más al control político y la agresión contra los michoacanos, sin entregar resultados positivos en sus deberes.
Pero su dominio fue tal, que su voluntad se imponía por encima del titular del poder ejecutivo legitimado por la voluntad mayoritaria de los ciudadanos; incluso, para demostrar su poderío y animadversión al gobernante constitucionalmente electo, propuso e impuso a Salvador Jara Guerrero como gobernador sustituto, para terminar de hundir a Michoacán.
LOS VIRREYECITOS DE TINOCO RUBI
Aunque este modelo de las coordinaciones, como instrumento de operación política, fortalecimiento partidista y control popular, no es nuevo. Ya los priistas lo habían implementado en Michoacán, en una de las etapas grises del gansterismo gubernamental, durante el mandato de Víctor Manuel Tinoco Rubí y los tristemente célebres “hermanos Almada”, aquel par de corruptos y represores policías de la PGR metidos a políticos, como Secretario de Gobierno y Procurador de Justicia.
Fue en esa época, cuando para restar poder a los alcaldes que no eran de su partido y fortalecer a sus incondicionales, Tinoco y los García Torres crearon las coordinaciones regionales de desarrollo. En la región oriente fueron titulares de dicha coordinación regional, Roberto Herrera Medina, Cenobio Contreras Esquivel y Leopoldo Rizo.
Igual que en la actualidad, la creación y operación de dicha figura causó revuelo, regocijo de unos, celos, envidia, temores y encono de otros. Pero finalmente nada extraordinario pasó, el supuesto poderío se fue diluyendo y con ello el propósito de su creación. A pesar de que al frente estuvieron políticos capaces, experimentados y con trayectoria en el servicio público.
SIN PERFIL EL VIREY DE AMLO PARA MICHOACAN
Insisto, los coordinadores regionales de Tinoco Rubí fracasaron, no obstante tratarse en la mayoría de los casos de políticos experimentados, con arraigo en sus territorios, con liderazgo y trayectoria en el quehacer público. Nada que ver con el perfil de Roberto Pantoja, un individuo conocido más por sus imprudencias que por sus cualidades, que busca los reflectores por medio de la confrontación lerda, cuando su mesías exhorta al amor y paz, la reconciliación, pacificación y hasta la exoneración, indulto o amnistía.
Desde antes de la reprimenda que el gobernador le diera, al sugerirle que “para tener la lengua larga, hay que traer la cola corta”, ya se conocía que Pantoja era “aviador” de la SEE. Lo que le resta calidad para debatir, polemizar y asumir una actitud crítica. Nada que ver con perfiles como el de Cristóbal Arias Solís, Juan Pérez Medina, Raúl Morón Orozco y otros perredistas trásfugas que emigraron a morena, más por la coyuntura convenenciera que por convicción “transformadora de la patria”, pero que poseen capacidad y habilidad suficiente para no ridiculizar al partido, ni a su dueño, hoy presidente electo de México.
Con los descritos antecedentes, la falta de oficio político y la inherente torpeza del futuro coordinador, resulta evidente que el proyecto de la coordinación en Michoacán está destinado al fracaso y terminará por convertirse en un espacio burocrático más.
FRACASA EL FORO DE PACIFICACION EN MICHOACAN
Pero, aunque las limitaciones del Roberto Pantoja no permitirán que cuaje el proyecto de la coordinación, política y electoralmente, ello no impide que el gobierno de Michoacán les conceda elementos y pretextos para la denostación, particularmente en materia de procuración de justicia y seguridad pública, asignaturas en las que el titular del poder ejecutivo pudiera estar siendo engañado por sus colaboradores y consejeros.
Por eso, con sobrada razón, Juan Bernardo Corona Martínez, quien cobra como Secretario de Seguridad Pública, fue expulsado del Foro de Pacificación, presidio por el futuro Secretario de Seguridad Publica en el gabinete de AMLO. Aunque para ayudarle sus simpatizantes afirman que el de Huetamo abandonó el recinto, pero la realidad fue echado con abucheos y rechiflas, donde hasta el gobernador pagó parte de los platos rotos, por la incompetencia de sus funcionarios que, sinceramente, no funcionan.
Pero no nada más los silvanistas cometen “horrores”, también los morenos. Pues ese foro fue un fracaso. Primero, fue presidido por la élite empresarial, políticos y funcionarios, cobardes que toleraron a los grupos criminales. Muchos de ellos impulsores (en su momento), del crimen organizado, omitiendo actuar contra él y otros hasta financiando las operaciones de la maña, a fuerzas tal vez, pero lo hicieron, pues fueron temerosos para oponerse, a pesar de poseer los recursos financieros para contratar o respaldar a quienes los enfrentaron.
Segundo, esos foros deben ser regionales, más cercanos a la gente, integrar en ellos a agrupaciones de víctimas y luchadores sociales, a personajes que tuvieron el temple para exponer sus vidas y las de sus familias para proteger la integridad física y patrimonial de todos los demás, cuando ni siquiera el gobierno (de todos los niveles) pudo o no quiso hacerlo.
Personas como el Dr Mireles, Hipólito Mora, Cemeì Verdia, también a algunos religiosos, como el Padre Goyo de Apatzingán, son indispensables en dichos encuentros, pues sus experiencias resultan imprescindibles en la compilación de información objetiva, que permita elaborar un diagnóstico certero de la realidad, para que no les suceda lo que a Felipe Calderón; quien sin duda tuvo voluntad para enfrentar a los criminales, pero ignoraba donde se había sentado, pues todo estaba penetrado…y no sólo fracasó e hizo el ridículo, sino que su batalla es satanizada a la fecha.
Insisto, en el futuro, en materia de seguridad, se debe excluir la participación de políticos que nada más andan buscando donde seguir chingando, de empresarios condescendientes, religiosos omisos y funcionarios cómplices.

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