TitularesZitácuaro

Comercio informal, negocio de unos cuantos

Zitácuaro. – Mientras el comercio informal es el sustento familiar de muchos que se dedican a esta actividad, para otros es un excelente negocio, que les reditúa atractivas ganancias al cobrar el derecho a trabajar en las calles. Ya que un pequeño espacio en la banqueta les puede costar hasta 5 mil pesos, mientras un puesto sobre el arroyo vehicular alcanza los 50 mil pesos.

Paulina López Gutiérrez, escribió sobre el tema en la revista electrónica “Nexos”, y se refiere a esta actividad de la siguiente manera:

“El comercio informal se define como aquel intercambio económico que se realiza de manera irregular y oculto. Irregular porque no sigue los procesos fiscales y de permisos requeridos por las autoridades para ejercer esa actividad. Y oculto porque es precisamente esa irregularidad la que provoca que esos intercambios sean difíciles de cuantificar para su estudio. Aunque esto no quiere decir que el comerciante informal no pague nada por la ocupación de los espacios en donde ejerce su actividad. Los comerciantes informales pagan su “derecho de piso” a las personas que controlan los espacios de venta legalmente (delegaciones o municipios) y en otras ocasiones a quien controla  de manera ilegal el espacio público. Y en muchos de los casos, las cifras a pagar están lejos de ser nimiedades, y representan cantidades considerables de las ganancias”.

En un municipio como Zitácuaro, donde la ausencia de empleos e industrias es evidente, el comercio informal ha logrado posicionarse como una actividad económica y política clave para esta municipalidad, pero también para los empleados que laboran dentro de determinadas direcciones, como lo es la de Servicios Públicos Municipales, que han logrado sacar provecho de esta situación.

En diversas ocasiones los mismos comerciantes han denunciado públicamente los abusos que se vienen cometiendo desde la entrada del nuevo director de mercados y de sus allegados, mismos que también ocupan puestos comerciales entre las calles de la ciudad, ubicados principalmente en el primer cuadro de la cabecera municipal.

Pero el más señalado por los vendedores ambulantes es el jefe de supervisores, Emanuel Vega, quien, aseguran los comerciantes, es el protegido inmediato del director de mercados, Tobías Reyes. Una nueva prueba de estos hechos apareció apenas hace unos días y en esa evidencia uno de los mercantes detalla como el jefe de inspectores pide la cantidad de 5 mil pesos por ocupar un espacio para poner dos botes con mercancía.

En el audio (en poder de El Despertar), se aprecia como una persona puntualiza que tiene la necesidad de vender sus productos, los cuales acarrea en dos botes; sin embargo -afirma-, el supervisor le mandó decir que si quería ocupar un lugar tendría que pagar 5 mil pesos, de lo contrario no podría seguir vendiendo su mercancía.

No es la primera vez que este personaje es señalado por los comerciantes de pedir dinero a cambio de ocupar un lugar para vender, ahora este audio muestra lo dicho en otras ocasiones por los vendedores.

Lo anterior pone en duda las afirmaciones de las autoridades municipales, que han asegurado que el comercio informal ya no crecerá y que se han tomado medidas oportunas para corregir su ampliación y su reubicación. También ha trascendido que anteriormente había 21 uniones de comerciantes, ubicados en diferentes puntos de la ciudad. Ahora la cifra ha crecido a 36, informaron a este medio los entrevistados. Ya que algunas de las uniones se dividieron y otras más aparecieron en las últimas fechas.

Pero, de acuerdo con ellos, muchos tienen temor de denunciar los hechos ante las autoridades municipales, ya que pueden perder su lugar en la calle para vender y esto representaría el quebranto del sustento familiar. Los hechos son evidentes y a simple vista se aprecia como en la plaza principal de este municipio los vendedores han aumentado. De manera casi imperceptible se han colocado puestos con diferentes mercancías.

Algunos de los entrevistados, que hicieron su acusación ante este medio, explican que, a pesar de las denuncias hechas a la autoridad competente y a su director inmediato, el jefe de inspectores continúa laborando de manera impune. Explicaron que los encargados de vigilar el comercio han hecho las cosas a su antojo, quitando y poniendo a quienes ellos quieren, violentando incluso el tiempo que ya llevan trabajando en sus lugares.

Aseguran que si algún líder, de cualquier unión, que no esté de acuerdo con ellos, se opone a sus caprichos, este sufre represalias al igual que sus agremiados.  Pensar en la reubicación del comercio informal es prácticamente una falacia, aunque desde su administración pasada el actual alcalde lo haya prometido.

En su momento la ex regidora Rocío Olivares denunció este hecho, toda vez que reconoció que para remover a todos los comerciantes se necesita una inversión millonaria, ya que prácticamente toda la actividad comercial se desarrolla en el centro de la ciudad y en un menor porcentaje en las orillas o en la central, como normalmente se le conoce a donde llegan la mayoría de productores.

Rocío Olivares Hernández también reconoció que desde la administración pasada el crecimiento del comercio informal se dio de manera desmedida, lo que se repite nuevamente en este gobierno.

Hasta el momento el ayuntamiento ha guardado silencio en cuanto a las ganancias que le reditúa el comercio informal diariamente, ocultando también a cuanto asciende el padrón de estos vendedores; pero lo que sí es un hecho, es que a las arcas municipales ingresa una muy buena cantidad de dinero recaudado por las cuotas que a diario les cobran, mientras la mayoría de mercados ubicados en la ciudad están prácticamente vacíos.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *