Zitácuaro

No nos afecta que nos digan indias

Zitácuaro, Mich. – “Con mis zapatitos viejitos, pero así andamos en el rancho. Incluso usamos huaraches de plástico”, expresó Julia Castillo Sánchez, vecina de la comunidad de San Felipe, quien esta semana ofertó varios platillos en la explanada Benito Juárez y reconoció que aún persiste la discriminación hacia las mujeres indígenas.

Un grupo de cocineras tradicionales se establecieron, el pasado martes 12 de marzo, en la plaza pública. Ahí las mujeres de la tenencia de San Felipe se dispusieron a ofrecer su comida, además de tortillas hechas a mano.

Castillo Sánchez por su parte ofreció al público quelites, arroz, mole, bisteces con nopales, chicharrón con chile, frijoles de olla y salsa de molcajete. Mientras era entrevistada por este medio, se podía ver su entusiasmo para atender a la gente. De igual manera hacia tortillas a mano y luego las lanzaba a un comal caliente.

“Nosotros le decimos comida pobre, porque nosotros así comemos. Al mole no le ponemos tantos ingredientes, así se acostumbra en San Felipe”, externó la cocinera tradicional.

Presumió que sus hijas tienen su ropa de vestir de manera tradicional, como las faldas que las llaman “naguas”, su blusa o camisa, de igual manera su mandil o delantal, por lo que continúan con las mismas costumbres de hace mucho tiempo.

Por otro lado, Julia Castillo indicó que, pese a que se han hecho reconocimientos, a las mujeres del campo las llaman aborígenes, “a nosotras nos dicen que somos unas indias, come quelites; pero no nos afecta, porque estamos orgullosas de nuestras raíces”, expresó

Indicó que de manera tradicional hacen su comida con leña, aunque gran parte de mujeres tienen su propia estufa, otras prefieren cocinar con madera.

En cuanto a la forma de hablar, manifestó que, aunque se ha ido perdiendo la costumbre de expresarse a través de la lengua materna, como es el otomí, reveló que ella sabe traducir y entender cuando alguien lo expresa.

Por su parte Minerva Guzmán, también cocinera tradicional de la misma comunidad, señaló que la señora Julia Castillo le echa muchas ganas y es muy trabajadora, ya que desde temprano prepara sus corundas en mole rojo o verde, además de tamales en rajas o de dulce.

Añade que luego se va a una escuela primaria a vender estos platillos tradicionales. Por si fuera poco, también hace atole o champurrado y los prepara con especial cariño, ya que van dirigidos a la comunidad escolar y a precios accesibles.

Finalmente Minerva Guzmán invitó a la población en general para que asista al diplomado sobre las lenguas mazahua y otomí, mismo que se está impartiendo en la Universidad Intercultural Indígena, establecida en la misma comunidad.

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