Opinión

EN LAS MANOS DE LA MALA GENTE. (ARENA SUELTA)

POR TAYDE GONZÁLEZ ARIAS

La pérdida de la conciencia social, es una realidad que se ve reflejada en los embates que le hemos propinado no solo a nuestro medio ambiente, si no que con nuestras nefastas actitudes también a  nuestra especie. No se miente cuando se dice que entre hermanos nos hacemos la guerra. Actos simples de discusión, o graves, como aquellos en donde se termina con la vida de un ser, que lo mismo que nosotros cuenta con masa encefálica, manos, brazos y pies, nos hacen además de bárbaros, seres sin luz, sin vida, muertos vivientes e inmundicia.

No hay cosa tal , que pueda justificar o que quepa en la mente del que mata o asesina. No, nada que valga vivir con la panza llena, pero con la conciencia de haberle quitado la esperanza de vivir a otro ser vivo.

Ciertamente, en muchos países del mundo la horca, la inyección letal, el fusilamiento, estrangulamiento, decapitación con hacha, el acuchillamiento, la electrocución, la flagelación o hasta la muerte por hambre, entre otras, son acciones permitidas, promovidas y legisladas por las autoridades civiles o religiosas, de aquellos lares, lo que desde luego es lamentable e inaudito, pues como seres con mente y corazón, una vez siendo parte o juez para que eso suceda, se pueda seguir viviendo para contarlo, promoverlo o seguirlo haciendo.

La vida del hombre y la mujer, parece tan banal y tan sin sentido, cuando no se vive para el bien hacer, para el bien actuar y para el buen servir. No es posible que por no llegar a acuerdos se vejen derechos y se acabe con vidas. La actualidad se alinea a creer que poco vale para el ser la vida de otro ser, que vale más aun una vaca, que tiene más valor un pedazo de tierra, que las ideas y el acuerdo no sirven y que el machete, la navaja o la pistola, hacen entender mejor que las miles de sanas palabras.

No hay conocimiento del ser, no hay espacio para las oportunidades de conocer a las y los otros, solo hay coraje, miradas frívolas y golpes, malas palabras y humillaciones en las casas, que a veces se replican en la escuela, y con los amigos también a veces se afinan. No es valiente el que perdona, sino el que reta, no es mas hombre el que ama, sino el que enfrente, golpea o mata. Son “maricas” los que huyen del pleito, y son cobardes los que quieren la paz.

En el mundo de cabeza, en el que  nos está tocando vivir, los niños antes de hablar de amor, cariño y valores, le sacan la sangre al más débil, demeritan al que les cae mal, o toman un arma y disparan contra sus compañeros.

Todavía no llegan los psicólogos a la escuela y  ya entraron a los salones de clases navajas y bebidas embriagantes, los maestros reprenden al alumno y llegan los padres o las madres y algunas veces, apapachan al malcriado. Se incita a la mala vida, se premia la flojera, se vota por los ladrones y se vive atolondrado por la televisión, sus programas y las novelas.

Cuanto valdría la pena que hoy, que México tiene a un Secretario de Educación que es Presidente de la Fundación Azteca, propusiera a su amigo: el dueño del canal que provee dicha fundación (Salinas Pliego), que nos ayude a los mexicanos a que en la televisión abierta, que le permite operar el gobierno, cuide que su programación para niños se respete y que en esa barra incluya música clásica, concursos de matemáticas, geografía, robótica o sencillamente se recite poesía, por ejemplo. Pero claro… eso no vende, y en los horarios que son para los niños, las escenas grotescas y mal hechas de sexo, crimen o violencia son el pan de cada día.

Cuanta falta hace un hombre o una mujer que sucumba ante el poder de los medios y haga que se cumpla que las televisoras y la radio, incluyan programación de calidad.

Estamos lejos de tener a hombres y mujeres rectos y probos legislando para revivir la conciencia humana. Todo se limita a pagar cuotas de poder, a vivir del erario público y hacer leyes que sirven lo mismo que un papel higiénico, o, ¿qué más podemos esperar con diputadas que proponen matar a los perritos callejeros, las que dicen que comer carnitas es estar del lado de los españoles, o los que entre sus asesores escogen a violadores, y los menos hasta a extranjeros de dudosa reputación?

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