Alfredo Reyes Rafael, un granito de su historia

Zitácuaro, Mich., a 13 de febrero de 2017.- Alfredo Reyes Rafael es originario de Zitácuaro, durante muchos años ha vivido en La Palma de Cedano. Ha pasado por pocos oficios, entre ellos comerciante y ladrillero. En éste último dejó gran parte de su vida laboral. A los 11 años ya acomodaba los tabiques y las tejas para que fueran “cocidos” en el horno, auxiliado por su padre y a los 16 años ya lo hacía en forma independiente.

El día de hoy, como lo ha hecho a lo largo de muchos años, Reyes Rafael, quien está a punto de cumplir 70 años, realiza una especie de ritual, se traslada de La Palma de Cedano hacia la “Central” para comprar sus diferentes mercancías, entre ellas cacahuates y productos de temporada, como ciruela, jícama, plátano corriente, mango, guayabas y hasta frijol.

Esto lo ha hecho a pie durante muchos años. Después llega a la calle de Lerdo de Tejada y Morelos para descargar su mercancía en unas cajas de madera y acomoda su “diablo”, más tarde se sienta y espera con paciencia que sus clientes lleguen a comprarle.

Hay ocasiones en las que se trae su propio almuerzo y sino se compra unos antojitos, como tacos de carnitas, “huaraches”, por mencionar algunos. Le gusta mucho su trabajo, porque en la actualidad y por la edad que tiene es difícil conseguir un empleo, reconoce.

Ya no se vive, sino se sobrevive y agrega que hay veces que no saca ni para la comida, sin embargo se muestra entusiasta y señala: “Me conformo con las tortillas de aquí y allá, en la tienda también ganamos”.

Don Alfredo se refiere al “changarrito” que atiende su esposa, en el cual tiene a la venta productos de “Sabritas”, “Barcel”, “Gamesa”, así como refrescos, aceite, arroz, café, huevo, leche, galletas, a excepción de cerveza, “porque luego (nos) faltan al respeto, nos dicen groserías”.

Cuando no tiene ventas en su negocio de Lerdo, menciona que se siente aburrido; pero en otras ocasiones está gustoso, porque tiene buena venta, es decir ya le alcanzan 100 pesos para comprar carnitas o chorizo, aunque hay ocasiones que se conforma con poquito.

“Como dice el dicho, aunque uno quisiera más, pero si Dios no lo permite ¿qué hacemos? El chiste es comer (aunque sea) tortilla con sal o con salsa, porque es más sabroso un taco de salsa, que con carne. Eso lo digo por experiencia. Pero lo importante es ser feliz (uno) con su esposa y con sus hijos. Porque cuando llego a la casa luego me dice mi hija ¡papá! Véngase a echar un taco. (Ya) sea con pollito o calabacitas”.

Todos los días, sin descanso, realiza prácticamente una doble jornada de trabajo, ya que desde las 6 de la mañana está activo y buscando sus cajas de madera y su diablo para ir a surtir su mercancía. Al final del día, señala que se termina durmiendo hasta las 10 de la noche, cuando el cansancio físico lo ha abatido por completo.

“El que no trabaja está todo amargado y bien cansado. Nosotros no, nosotros estamos sanitos, porque digamos duerme uno cansadito y hasta descansa el cuerpo”.

Sobre si probó las bebidas alcohólicas, menciona “para que te voy a decir que no, como unas dos teporochitas me dieron, pero nomás hasta ahí. Lo que más me gusta es el tequila Sauza, pero poquito nada más”.

“Yo no soy de aquellos de los que andan con los amigos, aquí está este señor (Jesús) que lo está viendo, bueno anduvimos donde quiera y nunca nos llegamos a emborrachar, hasta eso. Lo que más una cerveza o refresco, muy tranquilos; aquí en la XETA, abajito, nos íbamos a los tamalitos, por ahí estaba una señora e íbamos a comer tamales o a cenar. Este señor (Jesús), no me lo va a creer, lo conocí desde que tenía 18 años”.

Dentro de sus anécdotas, señala que tuvo una novia a la edad de 15 años, pero su papá no quería que tuviera relaciones de noviazgo, por ello lo corrió, pero a la semana lo volvió a recibir.

Menciona también que su “jefe” era “tremendo”, porque cuando le ayudaba a acomodar las tejas y no las ponía derechas, “me daba mis chingadazos”.

Empezó este oficio a la edad de 11 años y luego a los 16 años ya era un tabiquero independiente. En su primer “horneada” se llegó a cocer hasta 5 millares de ladrillos, acompañado de otro compañero de trabajo, que se llamaba Antonio Ramos, quien vivía por La Palma de Chichimequillas.

Fue a la edad de los 50 años cuando ya se retiró en forma permanente, para ayudar a su esposa quien vendía en la calle Lerdo y Morelos, espacio que hoy atiende personalmente Alfredo Reyes, desde hace varios años.

SE IBA A LOS CERROS PARA TRAER MUSGO EN LAS ÉPOCAS DECEMBRINAS

Hubo algunas temporadas en las que se iba hasta los cerros “Cacique” y “Pelón” para traer musgo y luego venderlo en las épocas decembrinas. Su jornada la hacía desde las 5 de la mañana a pie y luego ya estaba en su casa casi a las 4:30 de la tarde.

“Iba con mi mantota, me venía acá por El Aguacate, por San Andrés, por ahí me venía. Desde el 28 de noviembre, hasta el 24 o 25 de diciembre. –Venía usted sude y sude–Me ponía mi mecapán y nomás pa’que vea. Buena feria que nos ganábamos, nos vendíamos en ese tiempo desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la noche, nos vendíamos hasta mil doscientos pesos”.

LE GUSTABA MUCHO IR AL CINE

Cuando iba al cine tenía alrededor de 10 años y los hijos de los “patrones” le invitaban las entradas. “Nos veníamos el día domingo a la matiné. La primera película que yo vi, ahí (señala con su vista el antiguo “Cine México”) fue “El Águila Negra”, con Fernando Casanova.

En eso interviene en la charla uno de sus antiguos amigos, Jesús, quien dice: “dígale que venía también los miércoles, al día de damas”. En aquellos años a los hombres les cobraban un peso y a las damas 80 centavos, recuerda.

Otras películas que a su memoria vienen, son “Duelo en el desierto” con Rodolfo de Anda, “Adán y Eva”. También de diferentes reconocidos actores, como Mario y Fernando Almada, Mario Moreno “Cantinflas”, entre otros. Del género de luchas, de Blue Demon, Santo, Mil Máscaras. Sobre si llegó a ver cine de “ficheras”, dice sonriente, “esas no, esas son de media noche”.

Hasta aquí la historia de don Alfredo Reyes Rafael y gracias a nuestros estimados lectores por leernos cada semana.

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