Personaje de la Semana

Cristy y Temo

Zitácuaro, Mich.- Cristina Zepeda Romero y Anselmo Ortega Esquivel abrieron paso al negocio de los esquites y elotes, deleitando a niños, jóvenes y adultos, con sus exquisitos y deliciosos productos durante varias décadas, en la plaza principal “Benito Juárez”.

Fue en una feria del 5 de febrero cuando Temo y Cristy dispusieron vender una olla de elotes en la plaza principal. Había cientos de familias que se encontraban caminando en aquel lugar, mientras que algunos se detenían para disfrutar de sus productos: elotes con mayonesa, queso y chile.

“Nosotros empezamos a vender elotes en la última feria del 5 de febrero, que se realizó en el centro de Zitácuaro. Ahí nació la idea de vender elotes; porque, por las mañanas yo vendía jugos y licuados.  Entonces le dije a mi señora qué venderemos, me llegó la idea de vender elotes”, recordó Anselmo Ortega, mejor conocido como “Temo”.

“Entonces mi madre, que en paz descanse, tenía una fonda en el mercado Benito Juárez. Todavía yo no conocía el movimiento de los elotes, entonces le encargué a un señor que iba a viajar a la Ciudad de México para que me trajera un pedido, ya que iba cada 8 días, don Raymundo”, indicó “Temo”.

Su mamá se los había cocido en su fonda y entonces Temo mandó a su señora a que fuera por la olla de elotes, mientras que ya él había hecho un pequeño anunció de venta de elotes con mayonesa, queso y chile.

Cuando su señora Cristina llegó con la olla, la volvió a regresar para que también le trajera un bracero con su madre, y que le consiguiera algunas brazas para que estuvieran calientes y que la gente disfrutara de estos productos recién salidos de la vaporera.

A su regreso ya Temo había vendido todos sus productos. Tan así gustaron los elotes preparados por Cristy y Temo, que fueron varias décadas de vender estos exquisitos antojitos. De esta manera nacieron dos nuevos eloteros en la ciudad, Temo y Cristy.

“Temo” de niño fue huérfano de padre, únicamente tenía madre. En su infancia Anselmo era comerciante en la Ciudad de México, además se desempeñaba como bolero a sus escasos 7 años. Un día tenía mucha hambre y se compró un elote, de ahí le nació la idea de poner un negocio de elotes cuando fuera adulto.

Con el tiempo Temo conoció a su compañera Cristina y se casaron, de igual manera Cristy tuvo una infancia humilde y de bajos recursos. Algún día ella soñó con ayudar a gente que no tuviera recursos económicos y que adoleciera de alimentos.

Cristy fue la mayor de 13 hermanos. Su tía le había enseñado a trabajar, también ella soñaba con ser comerciante, después conoció a su esposo Temo y actualmente ya llevan más de 50 años de casados.

Ambos trabajando y vendiendo elotes decidieron ayudar a la gente, de tal manera que resolvieron conformar una unión de comerciantes del jardín principal, para poder ayudar a aquellas madres solteras o mujeres que deseaban emprender su propio negocio a través del comercio ambulante.

“Nos nació el orgullo de ayudar a la gente que menos tenía. Yo formé la unión junto con mi esposo,  “Unión del Jardín Benito Juárez”, para ayudar a esas madres que no tenían marido o sustento para sacar adelante a sus hijos”, expresó Cristina Zepeda.

“Ayudé sin cobrar un peso por más de 40 años, pero llegó el señor presidente (municipal) Campos y me dijo que cuánto les cobraba, le manifestó que ni un peso. Me dijo, ese es el primer error, entonces le pregunté qué ¿por qué? Porque no les cobras nada la gente. Le dije cómo cree que les voy a cobrar, si yo también nací humilde y sencilla, soy de aquí de Zitácuaro y aquí no hay muchas industrias”, subrayó Cristy.

“De todas maneras yo tengo el sartén por el mango, dice, y quiero que firmes estos documentos donde vamos a retirar estos ambulantes y le dije que yo no lo podía hacer”, destacó.

“Ayudé por más de cuarenta años a la gente y estoy orgullosa de que yo, a mí me pusieron de ejemplo, me quitaron mi puesto y todavía permanece tirado en los terrenos de la feria. Me da tristeza, porque ayudé a mucha gente, cuando estuve yo en el jardín central”, explicó.

“Tengo documentos donde ayudé a la Cruz Roja, la ayudé con medicamentos, ayudé al asilo de niños pobres, ayudé a limpiar todo el jardín con pipas de agua, tengo muchos documentos y todavía estoy orgullosa haber dejado a la gente trabajar, porque son mis  compañeros, que durante más de 40 años están pidiendo nada más que los sigan dejando trabajar”, apuntó doña Cristy.

“No se vale que haya tantas carencias en Zitácuaro, tanta hambre y necesidad y no se fijen. Hoy quiero luchar para sacar adelante a mi esposo, a mi hijo, que ya no va ir a la escuela, porque tiene un trabajo fijo”, describió.

“De verdad, yo le pido a la ciudadanía que se dé cuenta que nosotros no somos gente mala, somos gente de trabajo y así nos pusieron de ejemplo el señor Campos, tirando nuestro puesto en los terrenos de la feria y no dándonos chace de trabajar, ni de luchar por el bien común”, consideró.

“Todavía paso por el jardín y me habla todo Zitácuaro ¡Doña Cristy!, ¡Doña Cristy!, la necesitamos, queremos que nos ayude. Estoy orgullosa de haber nacido zitacuarense y haber ayudado por más de 40 años a la gente”, recalcó.

“Hoy me siento un poco triste, porque mi esposo está un poco enfermo y tiene cáncer, metástasis, etapa 4, y no hay quien nos eche la mano”, relató.

“Yo digo que no es justo, porque nosotros somos gente, porque no robamos a nadie, ni le pedimos a nadie, lo único es que nos dejen trabajar. Que Dios bendiga a toda la gente de Zitácuaro, que sigamos adelante y que se nos permita trabajar, que no se nos margine, porque nos somos delincuentes, somos gente honesta y trabajadora. Que Dios les bendiga”, puntualizó la señora Cristina.

 

 

Por su parte “Temo” expresó que, “nos recuerdan y nos preguntan que qué paso con nuestros elotes y nuestros esquites. La misma gente les dice que como los que vendían nunca han traído otros iguales. Hemos pedido la oportunidad de regresar a trabajar, se me descubrió una enfermedad, pero me siento capaz de volver a trabajar”.

Mucha gente que radicaba en Zitácuaro y que salió a otras ciudades del interior de la república mexicana recuerdan con mucho cariño a Cristy y Temo por sus esquites y elotes, tan es así que sus productos también llegaron al otro lado de la frontera, hacia los Estados Unidos, deleitando a los paisanos de esa parte del mundo.

 

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