Cultura

FIMA: el festival de mapping que se fue sin pagar,

*Por Francisco Valenzuela

Han pasado más de dos años desde que concluyó la segunda edición del Festival Internacional de Mapping (FIMA) y sus organizadores nunca pagaron distintos adeudos a proveedores, artistas e invitados que, con el tiempo transcurrido, se han dado por vencidos.

El argumento para incumplir con los compromisos fue la falta de liquidez, sin embargo, la asociación civil Luna Nueva Promoción Cultural, encargada de organizar el festival, ha recibido diversos apoyos económicos gubernamentales por otros eventos de los que no se tiene registro que se hayan realizado.

Y más aún: en el gremio artístico se especula que nuevos proyectos de esta AC ya fueron palomeados en la Cámara de Diputados para recibir recursos en este 2019, a pesar de sus magros antecedentes.

 Luego les pago

En noviembre de 2016 se dio a conocer que el FIMA realizaría en Morelia un segundo capítulo, pero ahora con una inyección de recursos públicos y privados que juntos reunían más de 20 millones de pesos. Así lo indicaba la presidenta de la asociación civil Luna Nueva, Fabiola Verduzco García Herrera, en una conferencia con los medios locales al sur de la ciudad.

En efecto, la AC recibió un donativo por 9.5 millones de pesos desde la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara baja, cantidad a la que la misma Verduzco dijo que se sumaban 10.5 millones por patrocinadores de la iniciativa privada. De esta manera se llevó a cabo el festival del 4 al 12 de noviembre de 2016 en distintas sedes en Morelia, con la participación de artistas mexicanos y extranjeros.

Hasta ahí todo parecía bien, pues en general el festival dejó una buena impresión entre el público asistente. Empero, una vez concluido comenzaron a surgir voces de inconformidad: proveedores, artistas e invitados hicieron público que el FIMA no les había pagado la totalidad de sus honorarios y que pasaban los días sin que tuvieran contacto con los organizadores.

Las quejas cobraron eco en redes sociales y medios de comunicación; fue entonces que Verduzco salió al paso, argumentando que los pagos estaban atrasados porque “algunos patrocinadores aún no entregan a cabalidad sus apoyos”. Contrariada, negó cualquier intento por desviar recursos y amenazó a quien difamara a Luna Nueva: “La asociación civil tomará acciones legales en contra de quienes intentan difamar tanto a la A.C. como a sus representantes”, se leía en un comunicado replicado por el diario Cambio de Michoacán.

Perdió millón y medio

Alejandro Villarreal fue uno de los proveedores más afectados por los incumplimientos de pago por parte de Luna Nueva. El 24 de octubre de 2016 firmó un contrato (del que Revés Online tiene copia) en el que se compromete a rentar equipo técnico para la realización del FIMA por 12 días, así como la ejecución de las proyecciones. El acuerdo fue por 3 millones 200 mil pesos IVA incluido, sin embargo, tras recibir el 50 por ciento de anticipo (en efectivo) ya nunca vería el resto de sus honorarios.

Entrevistado por este portal, Alejandro lamenta que el FIMA lo haya estafado, pues para recuperar ese dinero tuvo que hacer trabajos gratuitos, pedir préstamos y hacer malabares a fin de no ir a la quiebra.

“Comencé a trabajar con ellos en 2015, en la primera edición. Esa vez sólo cobré unos 150 mil pesos. Para 2016 el trabajo implicaba mucho más equipo y trabajo, así que la cotización llegó a 3 millones 200 mil pesos, de los cuales necesitaba anticipo, ya que varias cosas necesitan subarrendarse”.

Ese anticipo llegó incompleto y de manera peculiar: a través de unos emisarios le fue entregado un millón de pesos en efectivo en la ciudad de Guadalajara, donde él radica y trabaja. “Me dieron un contrato donde estipulaban que ante cualquier incumplimiento de alguna de las partes, se castigaría con un 10 por ciento del total, sin embargo, yo sólo me quedé con el contrato firmado por mí, no por Fabiola. Pensé en cumplir con todo lo estipulado, así que la cláusula del 10 por ciento me generó cierta confianza”, recuerda Villarreal.

Ese millón de pesos se gastó de inmediato, pues tan sólo la empresa Procolor (dedicada a renta de equipos de audio, video e iluminación) le cobró 750 mil pesos. Villarreal les adelantó 500 mil, para orientar el resto en más de 30 personas que se trasladaron a Morelia para preparar el festival: hoteles, transporte, comidas y gastos corrientes se llevaron el resto del efectivo, así que a unas horas de comenzar el evento, Alejandro pidió a FIMA pagar el resto o no prendería los equipos.

“Me rogaron que encendiera el equipo porque de lo contrario se les caería el evento, pero yo estaba presionado por mis propios proveedores y todo el personal a mi cargo. Le plantee a una asistente de Fabiola que me dieran algo en garantía, al menos la factura la camioneta Mercedes Benz (presuntamente propiedad de Verduzco García Herrera) que debe costar unos dos millones de pesos”.

La presión para Villarreal estaba al límite, pues incluso uno de los proyectores se había dañado durante las pruebas y tendría que pagar por la reparación.

No era el único

Al mismo tiempo, Villarreal se dio cuenta que un colectivo español había llegado a Morelia invitado por el FIMA, pero sin que hasta ese día les hubieran pagado nada, ni el avión ni el hotel. Se trataba de Theremin Tourette, quienes finalmente mostraron su trabajo en el Centro Cultural Clavijero. “Esta proyección se las invito yo, les dije a esos artistas, pero lo que a ambas partes nos preocupaba es que no nos fueran a pagar”, subraya.

Durante el transcurso del FIMA, Alejandro fue recibiendo dinero a cuentagotas: a veces 100 mil pesos, otras 50 mil, hasta llegar al 50 por ciento que había pedido de anticipo. Cuando se terminó el festival, Fabiola Verduzco le pidió que se quedara una semana extra, porque querían dejar una proyección permanente. Villarreal se negó, retiró todo el equipo y regresó a Guadalajara en espera de que el resto de su pago fuera cubierto a la brevedad. Así se lo prometieron, aduciendo que el recurso federal estaba retrasado.

Cuando pasaron varios días, el temor de Alejandro se tornó en realidad: ya nadie en Luna Nueva le contestaba las llamadas ni los mensajes. Se asesoró legalmente, pero “no quería meterle dinero bueno al malo”. Le advirtieron que un pleito legal contra una asociación civil puede ser largo, costoso y complicado, pues son figuras “sin fines de lucro” a las cuales no hay nada qué quitarles ni se les pueden embargar bienes, al menos eso le dijeron. “Ahí fue que me desanimé: me habían estafado con un millón 700 mil pesos y todavía podía perder más en abogados”.

Alejandro calcula que en total, Luna Nueva quedó a deber unos 4 millones de pesos a proveedores, a lo que habría que sumar los honorarios de los artistas que nunca se cubrieron.

En estos dos años y contando, Fabiola Verduzco nunca le ha dado la cara a Alejandro Villarreal, quien tuvo que hacer frente a su déficit con trabajos gratuitos a quienes les quedó a deber. “No he regresado a Morelia, no le veo el caso perder más dinero si sé que no los voy a encontrar”, confiesa resignado.

 

*Con información de Francisco Valenzuela y Alejandra Quintero

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