Zitácuaro

Educación en Línea forma de aprender en casa

Educación en Línea forma de aprender en casa


Por: Marina Vilchis Herrera.


La pandemia de Covid 19 nos tomó a todos por sorpresa. Nadie pudo prever con suficiente anticipación la magnitud de la enfermedad y menos las consecuencias económicas, políticas y sociales que tendría.

Después de 100 años la educación da un giro radical, ya no hay alumnos en las aulas, ni en las escuelas. Es un nuevo paradigma. Sin duda alguna la forma de enseñanza a cambiado, esa modificación está presente en todos los niveles educativos, desde la educación básica hasta el posgrado, ha aterrizado en terrenos enteramente nuevos, tanto para el sistema educativo en su conjunto como para las maestras y maestros, las alumnas y alumnos, las madres y padres.
En entrevista para El Despertar, el maestro en Educación Básica Pedro Aguirre, nos explica desde su perspectiva que tantos cambios han surgido en su profesión.
“Definitivamente las clases en línea han sido toda una odisea de emociones, entre las satisfacciones y las frustraciones que esto puede provocar en todos: pocas horas de sueño, un horario saturado de actividades, atención personalizada para alumnos y padres de familia, responder mensajerías por aplicaciones, realización de actividades, revisión de evidencias, envió diario de trabajos, en fin, toda una aventura (que por cierto, cada que veo a alguna persona en redes decir que cuando se le va a pagar a ella por hacer el “trabajo” de los maestros, me da una sensación de tristeza, ya que no dimensionan el esfuerzo real que estamos haciendo día con día, pero bueno, esa seguramente será tema de alguna otra conversación)”.

“Existen diferentes modalidades en la cual se está trabajando en esta pandemia, desde las clases virtuales por medio de diferentes plataformas, pasando por las actividades diarias por medio de whatsapp o telegram, hasta aquellos lugares donde la conectividad es nula, donde mis compañeros deben de ir periódicamente a realizar el intercambio de trabajos, a pesar del riesgo que esto puede ocasionar”.
“En lo personal, realizo videos diarios con las indicaciones y explicaciones necesarias para que mis alumnos puedan trabajar a distancia, tomando en cuenta que dejo abierta la posibilidad de las llamadas telefónicas o mensajes, para tener una atención personalizada con los padres de familia o bien con mis alumnos. Lo anterior, lo hago viendo que existe un problema real de conectividad en la comunidad donde me desarrollo como docente y la mejor opción para resolver esta problemática fue realizar grupos cerrados de whatsapp, donde cotidianamente envió las actividades y durante el día recibo las evidencias, mismas que reviso y plasmo evaluación en mis listas.”

“Ahora bien, esta modalidad de trabajo presenta serios problemas con aquellas familias que tienen que hacer un esfuerzo adicional para poner una recarga semanal para poder recibir las evidencias y otra recarga para poder enviarme las evidencias (cabe aclarar que dejo abierta la posibilidad de enviarme las evidencias de la semana hasta los días sábados)”.
“Lamentablemente, existen situaciones en las cuales se encuentra fuera del alcance de mis manos, ya que algunas familias no cuentan con los suficientes recursos para poder realizar las actividades, a pesar de esto, se intenta realizar diferentes tipos de trabajos, aunque sin algún éxito aparente; de la misma forma, también existen personas que han preferido hacer caso omiso en la educación de sus hijos con el argumento de que “esta modalidad no sirve”, a pesar de que tampoco han hecho el intento de realizar los trabajos que se envían”.
“Si bien, existen múltiples adversidades, debemos de ser conscientes, ya que, esto es nuevo para todos (ni que fuéramos gabinete de la 4T), y las dificultades se han ido tratando de resolver sobre la marcha (obvio, no hay un manual titulado “qué onda con tu pandemia” de Yordi Rosado)”.
“Este panorama es absolutamente nuevo y gracias a la tecnología ha sido menos difícil poder estar en contacto con nuestros alumnos. No puedo decir que esta forma de educación a distancia es tediosa, es más bien interesante y requiere de gran resiliencia (para los de la prepa abierta, quiero decir, que nos adaptamos a los problemas) por parte de todos lo que integramos a la educación (alumnos, padres de familia y maestros). Aquí lo verdaderamente importante es generar un hábito y rutina con nuestros pequeños, desde levantarlo temprano para que se dé un buen baño mañanero (no se procuren de que se enferme, porque se supone que no debe de salir a la calle), un buen desayuno, colocar un lugar especial para la realización de sus actividades académicas, hasta generar un horario para un refrigerio y sobre todo, no dejar solos a los pequeños(sé que la mayoría trabaja, pero es un esfuerzo que a la larga, dará frutos, estoy seguro de ello), sobre todo, tomen un té de valeriana (historia súper real) para que pueda trabajar con sus pequeños, ellos requieren lo mejor de nosotros”.
“Yo desde mi trinchera, seguiré durmiendo 4 horas diarias (pregunten a qué hora mande este escrito), para seguir desarrollando actividades y poder facilitar esta educación a distancia, tanto a mis alumnos como a mis padres de familia, que desde aquí les externo toda mi admiración, respeto y cariño, y que sepan que en este barco estamos todos y debemos navegar a buen puerto, por el bien de la educación de nuestros pequeños.”

Aguirre afirma que existe carencia de acceso a los recursos tecnológicos, pero si para los alumnos y las familias de clases media o altas de las ciudades esto ha sido complicado –lo que ha causado que muchos estudiantes, aunque tengan acceso a internet, no se conecten ni realicen las actividades prescritas por las autoridades educativas o por los maestros en línea– más lo ha sido para quienes carecen de medios tecnológicos y de capital cultural.
“Sabemos que ya existían carencias y desigualdades enormes en cuanto a los recursos tecnológicos de las escuelas de educación básica, de acuerdo con datos del INEE solo cuatro de diez contaban con al menos una computadora y tres de cada diez tenían conexión de internet en 2016-2017. Esta situación es a su vez muy heterogénea, dado que las escuelas indígenas, por ejemplo, tienden a tener mayores carencias”.
“Sin embargo, de poco sirve en estos momentos que las escuelas tengan computadora e internet, pues el estudiantado debe permanecer en casa. No tenemos una estimación sobre la cantidad de estudiantes que carecen de estos recursos en sus casas, pero deben ser millones, probablemente la mayoría de los estudiantes del país. Con datos de INEGI se puede calcular que el 60% de los hogares mexicanos no tienen al menos una computadora y acceso a internet con ella”.
“Ante este panorama, los esfuerzos de las autoridades educativas y de las instituciones, además de los problemas por el enfoque utilizado para remediar la falta de clases y dar continuidad al currículo, se topan con la brecha digital en el país. Los sectores con mayores carencias económicas y culturales de México serán quienes más perjudicados, en términos educativos, saldrán de la contingencia”.

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