Esperanza Olivares Escutia

Zitácuaro, Mich.-En el Estado de Michoacán de Ocampo, un risueño pueblecito de huertos florecidos, Coatepec de Morelos, fue cuna natal de la profesora Esperanza Olivares Escutia, quien nació el 14 de julio de 1893 en el seno de una familia humilde, conformada por nobles y trabajadores campesinos.

En aquel lugar, casi mágico, vivió sus primeros años, impregnando su alma nítida con las bellezas naturales que le rodeaban, inspirándole hondos sentimientos de amor, compresión y  progreso.

La proximidad a la ciudad de Zitácuaro facilitó a aquella niña de tez morena cursar sus primeros estudios en esta población. Cursó la primaria en la escuela centenarista “Leona Vicario”.

Años después sus deseos de superación la llevaron a la capital del país, donde se tituló como profesora de educación primaria, en la Escuela Normal Presbiteriana “Anglo-Mexicana” de San Ángel, en la Ciudad de México.

Ahí recibió grandes valores, que en su tiempo aportó a las nuevas generaciones de maestros y alumnos. Cuando regresó a su ciudad natal desarrolló sus actividades de docente con mucho entusiasmo, primeramente como maestra rural en “La Colonia” y después en el área urbana destacó en la dirección de la Escuela Oficial “Educación y Patria”, misma que hoy en día lleva el nombre de “Eva Sámano de López Mateos”.

Considerada una mujer sencilla, modesta, inteligente y de trato delicado, supo sentir, interpretar y realizar su labor pedagógica, abarcando varios aspectos, educativo, cultural, cívico e histórico.

Quienes tuvieron oportunidad de tratarla, vieron en aquella joven profesionista que desempeñaba su labor con nobleza, en un ambiente de convivencia armónica y equilibrada. Las puertas de su corazón se abrieron y contrajo nupcias con el señor Raúl Rodríguez.

Falleció la estimada e ilustre educadora el día 30 de julio de 1937. Posteriormente el periódico zitacuarense “El Chinaco” escribió un artículo titulado “Ilustres desaparecidos”, destacando la labor de la maestra Olivares Escutia e inmediatamente hizo la petición a las autoridades correspondientes para que el jardín de niños que se localiza a un costado del Jardín Constitución llevara el nombre de aquella mujer nativa de Coatepec de Morelos.

El artículo fue escrito con fecha 16 de septiembre de 1941.

Fue la mañana del 27 de septiembre de ese mismo año cuando reunidos los padres de familia del llamado kindergarden “Emilio Carranza”, por unanimidad se tomó el acuerdo para inaugurar el edificio, ahora con el nombre de la distinguida zitacuarense.

Se hizo un acta y en ella se explicó que se tomó en consideración la deuda de gratitud que Zitácuaro tuvo con la extinta educadora, cuya obra educativa e inteligente labor benefició grandemente a la niñez de este lugar, a la que igualmente sirvieron de ejemplo sus virtudes.

En dicha acta se menciona textualmente, “esta sociedad de padres de familia se complace en hacer suya la iniciativa lanzada por el periódico “El Chinaco”, editado en esta ciudad, sugiriendo la idea de que el nuevo edificio que hoy se inaugurará y que ocupará el Jardín de Niños en esta población, lleve el nombre de Esperanza Olivares Escutia”.

Y añade, “para así honrar la memoria de esta humilde y esforzada educadora, originaria de este municipio y en tal virtud es de aprobarse. Para su constancia se levanta la presente acta por triplicado, firmando de conformidad los que en ella intervinieron. Damos fe”.

Aparecen las rúbricas de la secretaria general, Félix R. de García. Secretaria de actas, María Luisa Farías. Tesorera, Lucila Martínez. Vocal primera, Esperanza Coria de Orellano y vocal segundo J. Reyes de Gómez.

En 1941 también fue declarada “Ejemplo de la Mujer Zitacuarense”.

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