Opinión

Despertar de la tierra

Despertar de la tierra

Las nuevas coincidencias


Noviembre nos despide con varias coincidencias, los patrones de 2017 sucedidos entre septiembre y octubre se repiten en este año, en distintos países del mundo. Las coincidencias son en grupos de sismos sucedidos a un mismo tiempo y de una intensidad similar y en lugares distintos, tembló en las regiones entre Argentina y Chile y entre Rusia y Japón, con intensidades entre 6.3 y 6.4 grados; a las 19:55, se registró en Salta de Argentina, en San Antonio de los cobres, con intensidad de 6.3 grados, cerca de Chile y a las 22:54 en la región de Yuzhno Rusia, cerca de Japón.
Las otras coincidencias son las explosiones de los volcanes, Lewato de la isla de Lembata en Indonesia, que se une al Merapi de la isla de Java y al Sinabung de la isla de Sumatra, coincide con la entrada de fríos intensos en Rusia, coincide con una alarmante escalada de casos de enfermos, que ya no estamos tan seguros que sean solo de Covid, y estamos ante una escalada coincidente de marejadas, con oleajes altos, una coincidente alineación planetaria, y una coincidente terminación del año gregoriano, coincide con el cambio de poder en los Estados Unidos de Norteamérica, coincide con una escalada de calor proveniente del sol, coincide con una despertar enorme de la conciencia colectiva y el fin de las mentes zafias, sin embargo, al universo no le caben las coincidencias, todo es un plan trazado para el devenir del universo mismo.
La tecnología nos está ayudando a destapar los oídos, a retirar el velo de los ojos y a ser más sensibles a las nuevas tareas del hombre, ya nos sentimos más cercanos a Asia, nos sentimos más cercanos a África, nos sentimos más cercanos a Europa, nos sentimos más cercanos a Australia y la Antártica, cada día se nos hace más pequeño el mundo, cada día sentimos que los sucesos de un país otrora lejano nos son comunes, nos son cercanos, los sentimos como nuestros. Las razas por fin van a volverse una, con toda la carga y sincretismo que traen, empezamos a sentir las energías fluir hacía un nuevo mundo, donde la mendacidad debe ser desterrada, para lograr otro estadio, el de la paz.
Sabemos que el cambio que se está gestando a nivel mundial es enorme y de grandes proporciones y que lleva mucho dolor de por medio, porqué habemos muchos que nos oponemos a ese cambio, que estamos cómodos en donde estamos y queremos que la vida nos encuentre así, cómodamente ateridos. Ya sabemos las consecuencias y las aceptamos, sabemos que el mundo seguirá rodando, que las mentes se seguirán obnubilando, que la tierra seguirá sus patrones y nosotros solo debemos integrarnos a ese baile cósmico, que empezó desde el inicio del universo, desde la siembra de esa semilla ignota llamada vida, desde el momento inmarcesible de la creación fuera de la razón, desde esa dimensión, sabemos que debemos integrarnos o pereceremos como si fuésemos una partícula deforme e inservible, que tiene que ser desechada para dejar vivir a las mejores, en una selección natural eterna.
Estamos en una etapa de cambio, en una etapa de aceptación de lo nuevo, en una etapa donde confluyen las energías de todo el universo en un punto llamado tierra, y como somos átomos de tierra, respondemos a ese cambio, con alteraciones en nuestras conductas, en la asimilación de toda esa energía, de todo ese potencial que somos en conjunto con el universo. Empezamos a ser conscientes de nuestra pequeñez y buscamos la grandeza con actos heroicos y potentes, la tierra se nos está haciendo pequeña, aspiramos a ser enormes. Fuera de la tierra somos socios, dentro enemigos políticos.
En la estación espacial se unieron cinco naves el 30 de noviembre de 2020, tres rusas, una estadounidense y la privada espace X, vemos que nada es coincidencia, que todo parece un plan perfectamente trazado. El hombre se siente enorme dentro de su pequeñez, y la tierra, alguien sabe que los sucesos que faltan por pasar en la tierra traerán cambios muy fuertes y se están preparando para afrontarlos, no es casualidad que rusia tenga tres naves acopladas a la vez en la estación espacial, ¿Desde cuándo hay cooperación rusa y estadounidense y europea en la estación espacial?, ¿Desde cuándo se animaron a compartir tecnología?, si antaño era una guerra de robos y espías para saber quién era el más poderoso y quién podría controlar con miedo al mundo.
No sabemos, lo cierto es que arriba se gestan eventos que demuestran que el hombre debe trabajar como lo que es, un hombre universal, único, que dentro de la raza no debe haber fronteras, ni debe haber discriminación, que somos un solo ser, que hemos recorrido distintos caminos para encontrarnos; sí, pero que seguimos pegados al cordón umbilical de la tierra, aún no somos independientes, aun nuestra base alimenticia es la tierra y sus átomos, y que pronto podremos comer átomos del universo y no hablo de lo que seremos una vez muertos, hablo de que la vida en el universo es basta y que estamos preparando nuestra llegada a otros mundos y que debemos modificar nuestra forma de vernos.
La raza informe y deforme de mente no tendrá cabida, tendremos que evolucionar rápidamente, así como la tecnología que ha evolucionado ampliamente en escasos 30 años, desde 1960, que empezó el gran despliegue técnico, no se había visto tanto avance en tecnología como en los últimos 30 años, el hombre ya es capaz de superarse técnicamente, solo falta integrar ese avance al avance espiritual, que mande fuera de la tierra a hombres íntegros, y no a los hombres defectuosos que hagan los nuevos lugares un desastre, como hemos estado haciendo a nuestro entorno en estos días.
Nada es coincidencia, el mundo está cambiando, nuestra obligación es no oponernos, nuestra obligación es dejar que las cosas sucedan e integrarnos al constante cambio y poder participar de él, aunque en ese cambio la humanidad tenga que perecer en miles, tendremos que ser consecuentes de que la tierra tiene que hacer sus adecuaciones para poder sobrevivir.

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