Personaje de la Semana

Sacramento Beiza, oriundo de una tierra pródiga

Tuzantla, Mich.- Hablar del profesor Sacramento Beiza, es hablar de Tuzantla y hablar de Tuzantla es referirse a este pueblo caracterizado por su gente noble y trabajadora, donde el respeto a la palabra cuenta mucho. Aquí se acostumbra conquistar a la mujer con cortesía. Se acabaron aquellos tiempos donde se pretendía llevarse a las mujeres del río a la fuerza. Aunque también hoy se pelea a la mujer que se ama y se tiene la costumbre de tener un buen caballo, una buena pistola y una buena mujer,  las cuales no se comparten con nadie en esta región calentana.

Gracias a que la familia Coria, proveniente de Jungapeo, llegó a este municipio para explotar la caña de azúcar y el arroz para abastecer la arrocera de Zitácuaro, fundamentalmente para hacer la harina, reclutaron gente de estas tierras, fue así como nació esta población. Señala el también historiador Sacramento Beiza.

Tuzantla se destaca por ser una tierra fértil y sus hombres son gente de trabajo, aquí desde las cinco de la mañana la gente está en constante movimiento en su parcela, ya que se producen verduras y frutas que abastecen la central de abastos en México, como jitomate, tomate, pepino, melón, sandia, papaya, plátano, entre otros.

Cuenta con un tianguis ganadero muy representativo y se le da la importancia al mejoramiento genético del ganado, gracias a ello los ganaderos de ciudades importantes del país y del estado acuden a realizar sus compras. En promedio se venden de 25 mil hasta 35 mil cabezas al año.

Tuzantla tiene una gastronomía muy rica y cuenta con un platillo típico, que es el popularmente conocido “aporreado”, del cual se dice lo llevaron a Huetamo y lo extendieron hasta Guerrero. En Apatzingán, por ejemplo, la gente lo llama “aporreadillo”; pero el “aporreado” es originalmente de Tuzantla, como la morisqueta es de Apatzingán. En las fiestas no puede faltar el tradicional mole y los tamales nejos, otros ricos alimentos de esta población.

En esta localidad se acostumbra cada año realizar el desfile de caporales y se hace con riata de Chavinda, con cuera de piel de venado y sin guantes en las manos, “para que raspe la riata y sacarle humo hasta la punta de la mota”. También se hace un concurso de caballos bailadores y se tiene una participación de hasta 300 jinetes provenientes de Luvianos, Estado de México; Altamirano, Guerrero; Huetamo, San Lucas, Paso de Núñez, Morelia, Benito Juárez.

“La gente se distingue por ser muy hospitalaria en esta región calentana, te ofrecen un vaso con agua, un atolito caliente y un petate donde dormir”.

SU APELLIDO, DE ORIGEN FRANCÉS

Su descendencia. Entre el Estado de México y Guerrero llegó el bisabuelo de su papá: Sebastián con tres hermanas, ellos vendían ropa, tenían una tienda y cuando “las revueltas” se vino con varios hijos, entre ellos Hermenegildo, Jesús, Isidra, J. Inés, Miguel, unos se fueron a Altamirano, Huetamo, otros a la Estancia Vieja, municipio de Tiquicheo y su abuelo era Hermegildo Beiza.

Su abuelo tuvo dos hijas, Jovita y María y a los 9 años nació su padre Miguel. Sin embargo su papá quedó huérfano a los cinco meses de nacido, lo adoptaron sus padrinos de bautismo. “Nos acostumbramos a decirles abuelos a Sebastián Benítez y Aristea, que fueron quienes realmente criaron a mi papá. Después una hermana de mi abuelo biológico recogió a mi padre para ponerlo a trabajar, de tal manera que mi tía María tuvo dos hijos, un varón y una mujer, Demetria y Celia, mi tía Jovita tuvo a Baldemar y Conchita”, explicó.

A su padre le habían entregado una parcela, por su parte su madre estaba embarazada de Sacramento Beiza, vivían en aquellos años en Las Garzas. Ahí se hizo un pozo para sacar adobe y poder hacer su casa, pero se encontraron con agua. Invitaron a los vecinos de ese ejido para conformar una población y solicitar un maestro para que los niños pudieran ir a la escuela y en un año se vinieron todos los vecinos a esta localidad del Paso de Tierra Caliente.

Hoy, en dicho lugar se cuenta con primaria, secundaria y preparatoria. Incluso, hace algún tiempo unos jóvenes ganaron el primer lugar en Latinoamérica en competencias académicas.

Don Miguel y don Fortino Rodríguez trabajaron hombro con hombro para que en la comunidad llegara la electricidad. Se trabajó con mucha insistencia con don Servando Chávez Hernández, quien fuera gobernador de aquella época, para que se hiciera la carretera, una carretera que se conectara a la Tierra Caliente.

LOS PICACHOS UNA BELLEZA NATURAL CON MUCHA HISTORIA

Aparte de su belleza natural, fue refugio del León de las Montañas, Nicolás Romero, cuando atravesaba estos majestuosos picachos con rumbo a Limón de Papatzindán, lugar donde fue aprendido el chinaco. Lugar que también abrigó a cristeros y pronunciados. Sacramento escribió su primera poesía con dedicatoria a estas montañas, titulada “Los Picachos de Acucha” y que hoy dedicamos a nuestros distinguidos lectores de El Despertar.

Hermosos Picos de Acucha que en las aguas reverdecen,

Abajo tus dos cañadas, guardián de Tierra Caliente,

Murallas que los guerreros llamaron de hierro y bronce,

Donde el León de la Montaña se resguardó días y noches,

Frente a frente los picachos, testigos de mil hazañas,

Los recuerdos de tus viejos los guardas en tus entrañas,

De ti, de ti se hablan muchas cosas, de la gallina encantada,

Del árbol de la canela, que guardas grandes tesoros de tiempos de la guerra,

Tu riqueza y tus secretos se van junto con los viejos

Que siempre mostraron leales, ser valientes y discretos,

Aires de Tierra Caliente que se arrullan en tus peñas,

Los devuelves a tu gente con frescura de la sierra,

Catedral por tu estatura te ha llamado mucha gente,

Catedral por tu grandeza, puerta de Tierra Caliente,

Te vemos desde Mil Cumbres, desde el Puerto de Garnica,

Te vez desde Jungapeo, Coyota y Meza Rica,

Cara de gigante muestras, porque gigante tú eres,

Nos anuncias nuevos días y nos recuerdas ayeres,

Canta el arroyo de los pintos con sus saltos y cascadas,

Canta el agua del camalote en sus frescas madrugadas,

Eres lugar favorito del tigrillo y del venado,

Fuiste refugio en la guerra de aztecas y pronunciados,

Hermosas torres de Acucha, orgullo de mis paisanos,

A ti te queremos todos, niños, jóvenes y ancianos,

El sol, el sol llega a ti primero y al final tú lo despides,

Tal parece que le dices, esta tierra no la olvides.

(Autor: Sacramento Beiza Delgado)

 

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