Despertar Poético

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¿Crees en los fantasmas?
Caminar a las doce de la noche cerca de los panteones nos pone los pelos de punta a la mayoría de seres, creemos que algún muerto saldrá, descarnado, con las ropas raídas, la piel verde, pululando de gusanos sus carnes, un ojo colgándoles de las cuencas y sin que te des cuenta, te tocará el hombro y gritarás y morirás de miedo. Existen muchas historias, mitos, leyendas o simples cuentos sobre los espíritus. En nuestros días se han ido perdiendo esa cautivadora actividad de cuenta cuentos de terror, porqué ya no se fomenta y la sociedad ha evolucionado tanto que la muerte es solo una y la crean los vivos.
Los jóvenes ahora temen más a los vivos, por el alto grado de violencia que hay y porqué de ello sí tienen pruebas fehacientes. De los muertos solo tienen historias, y aquellos que las toman como verdaderas son considerados locos, sin embargo, esa locura tiene un ¿Por qué? Son pocas las personas que pueden dar muestras de ello, son pocos los capaces de ver a los espíritus, y cuando los ven, pueden mover a voluntad la forma de verlos.
Hace unos años podría haber tachado de loco a aquél que me decía: “yo veo fantasmas”, diría que tendría algún problema psiquiátrico y que debería ser tratado como tal, aduciría a la esquizofrenia o algún golpe de niño. Hoy, cincuenta libros después y varios conocidos con dones de ver espíritus, me siento rodeado de fenómenos, y no es que ellos lo sean, son personas comunes, que en la calle los puedes encontrar sin que produzcan en ti alguna reacción de rechazo, ni te enterarás de que ellos tienen capacidades distintas a las tuyas.
Sus historias son fascinantes, que sí no les crees que tengan dones, al menos podrás sentarte frente a una hoguera, una noche de diciembre, a la luz de la luna, con bombones asando y escuchar sus hermosos relatos, vamos a mostrarles la belleza de la narrativa de los espíritus, que nos muestran la otra cara de la historia, la que es contada por aquellos que la vivieron. Si bien, no se pretende generar controversia con la historia oficial, sí se pretende conocer otras versiones, que sirven para entretener a los incautos, y más a aquellos que no leen, así no tendrán sesgo.
Le pedí a mi acompañante que invitara al Rey Tariacuri, para que nos contara cómo vivió la historia de su pueblo, éste empezó a relatar: “En el tiempo de los emigrantes, conforme a la obra llamada la Relación de Michoacán, de Fray Jerónimo de Orozco, los fundadores del señorío Purépecha, procedían de Zacapu, lugar sagrado para ese pueblo, a ese sitio llegaron hacia 1250, quizá de la sierra Tarasca o de los valles del norte, en los límites entre lo que hoy son los estados de Jalisco y Guanajuato con Michoacán, un grupo de Chichimecas dirigidos por Iré Ticatame, para conquistar la región.
El nieto de Iré Ticatame es considerado como el verdadero fundador del señorío Purépecha, este señorío surgió a las orillas del Lago de Pátzcuaro, sus principales poblaciones se encontraban establecidas a las márgenes del lago y en las pequeñas Islas que se encontraban allí. Gracias a las conquistas que realizaron se extendieron por casi todo el estado de Michoacán y parte de los estados de Guanajuato, Guerrero y Jalisco, al imponer sus conquistas hasta Colima, sometiendo a gente de habla Nahua, conocidos como los Tecos, recibieron ayuda de los Matlazincas a quienes les permitieron establecerse en Charo y Guayangareo, utilizando al mismo tiempo a los Otomíes para poblar sitios estratégicos, en Acámbaro, doble frontera con Chichimecas y Mexicas.
La conquista de Michoacán fue entre 1521 y 1530, en el norte los tarascos controlaban la población del sureste actual del estado de Guanajuato, entre las localidades de Yuriria, Acámbaro, todos estos poblados estaban sujetos al señorío de Acámbaro, incluían en su jurisdicción áreas como Apaseo muy al norte y Coroneo muy al este, conforme a la Relación de Michoacán, allí se impidió efectivamente el avance de los mexicanos a lo largo del valle del Río Lerma.
También sujetos a Acámbaro había colonias de Otomíes y Chichimecas regidos por sus propios señores, pero que daban servicio en la frontera y pagaban tributo, ellos tenían guerra con los indios de Jocotitlán, que se les enfrentaban a lo largo de la frontera. Una parte de bastante extensión, en jurisdicción que actualmente es del Estado de Guanajuato estuvo bajo el control de los Purépechas, coincide con los denominados valles abajeños o el bajío de Yuriria y Acámbaro, que aproximadamente incluían los actuales municipios de Yuriria, Uriangato, Moroleón, Santiago Maravatío, Salvatierra, Tarimoro, Acámbaro, Tarandacuaro, Jerécuaro, Coroneo, Apaseo el Alto, por eso nos interesa la historia del pueblo Purépecha, aun cuando la guanajuatense, segregado a Michoacán, no representa la mayor parte del territorio.
Por otra parte, cuando los Purépechas conocieron los triunfos mexicas, fortalecieron sus baluartes fronterizos, Itzcoatl, se apoderó de Cahuacán, ubicado en el extremo noroeste de la cuenca del valle de México, quedó dueño de la sierra de Monte Alto y tuvo el camino abierto hacía Jilotepec. Muerto Itzcoatl en 1440 le sucedió Moctezuma, Ilhuicamina, quien continua la conquista del señorío de Jilotepec, iniciada por su antecesor. Estas batallas se extendieron al valle del mezquital hasta Zimapán, de esta manera quedó el Río Moctezuma como su límite, y es el límite actual de los estados de Querétaro e Hidalgo, era la frontera norte del señorío mexica.
Estos triunfos sobre los otomíes obligaron a los Purépechas a cuidar el principal acceso por el Río Lerma, para impedir una invasión azteca, de allí la necesidad de poblar Acámbaro, como lugar estratégico contra los de Jocotitlán, quienes defendían los intereses de los señores de Anáhuac. El resultado final fue el enfrentamiento entre los dos pueblos, poderosos, los Purépechas y Mexicas. La victoria favoreció a los primeros”.
No entendí por qué se refería Tariacuri a la Relación de Michoacán, si es un documento que podemos consultar, me interesaba más la versión propia, evidentemente, trae algo de interés, porqué se liga a la historia anteriormente recibida por Coyote Blanco, referente a la pelea intensa del bien y el mal, encerrados en la pirámide de Pahñú, en la Mesilla, municipio de Tecozautla, Querétaro, cuando fueron encerrados Vara Alta gracias a la alta magia que habían realizado los hechiceros Otomíes, dejando encerrados a los enemigos mexicas en esa región Hñä-hñu, en las profundidades de la pirámide, como ofrenda a sus dioses.
Lo que liga, es la relación de frontera que tenían los Purépechas, que mantenían alianzas con los pueblos asediados por los mexicas, y usaron el sistema de Tariacuri en la zona de lo que hoy es San Joaquín, el mejor guerrero Purepecha mandó a las mujeres y ancianos de avanzada, apostándolos en un área amplia.
Confiados los mexicas, al no tener resistencia de los fieros purépechas, se apresuraron a beber alcohol, y una vez borrachos, fueron masacrados. Igualando los Urechos, el de Querétaro y el de Michoacán, algo debe de haber de causalidad entre esos dos eventos, y entre los espíritus de los antiguos que siguen esperando la salvación, que paso a paso se les va dando.
Así que creas o no en los espíritus y en los mensajes que dan, son historias interesantes y entretenidas, y hasta mensajes nos dejan, que nos hacen creer que el mundo de ellos es mucho más agradable al nuestro y en nuestro caminar, nos dejan señales de que vamos caminando por el camino correcto, creyendo o no en ellos, los mensajes son hermosos.
Si te hace lógica leer esto, eres uno de los señalados por mensaje siguiente: “Ves las aves de los cielos, ellas no siembran, ni recogen en graneros, más su padre que está en los cielos las alimenta, así pondré mi Espíritu Santo en cada uno de ustedes, vayan a donde sean bien recibidos, venga la paz a ese lugar, pero donde no sea así, sacudan el polvo de sus sandalias, ese lugar no los merecía, ustedes pues, tienen que ser como unos discípulos, seres de luz, los seguirán portadores de luz, así será y será siempre” . Loados los dioses que muestran el camino a los que buscan y oscurecen al día a quienes los niegan.

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