Opinión

Las Saturnales (Despertar Poético)

Las Saturnales

México y sus tradiciones comunes más enquistadas y metidas en el subconsciente colectivo no tienen mucho tiempo de existir. México tiene apenas unos 200 años de existencia, la aparición de la virgen de Guadalupe apenas tiene 488 años. La religión católica tiene apenas 498 años, realmente son nuevos. El festejo de la navidad se tienen registros que inició en México hace apenas 480 años, posterior a la conquista de la mayoría de los pueblos.

México y sus tradiciones actuales, no tienen más allá de 500 años, y las raíces de la mayoría son hispanas, pues con la llegada de los españoles se prohibieron y se perdieron la mayoría de las tradiciones originarias gracias al genocidio tan brutal que ejercieron los conquistadores, ya mediante la espada, ya mediante la enfermedad, ya mediante el uso de la religión, ya mediante la demolición de todos los íconos religiosos de los conquistados.

 Sin embargo, los mitos ancestrales no desaparecieron por completo, estos se fueron integrando a las nuevas creencias, camuflándose, haciendo de esta mezcla el México que hoy conocemos. Una de las tradiciones más representativas, no sólo en México, sino en prácticamente todo el mundo, es la navidad, la cual fue importada por los españoles a nuestro país. Se tienen datos que en la zona insular se festejó la navidad en 1492, en Haití, esta tradición relacionada a la natividad de Jesucristo, inició posterior a la muerte del mesías, en el año 300 después de cristo, cuando la iglesia ya estaba teniendo trascendencia, y una vez instaurada como ritual, sustituyeron el ritual de las saturnales que festejaban los romanos antes de convertirse al cristianismo.

 En el 313 después de cristo se decretó la libertad de culto, por lo que los cristianos ya no serían perseguidos. Los romanos en esa época festejaban el renacer del sol, que se daba posterior al solsticio de invierno, cuando las noches dejaban de ser más largas, cuando el sol se encuentra a la mayor separación angular de la tierra y caía entre los días 20 y 23 de diciembre. En el año 46 antes de cristo, con la instauración del calendario Juliano, el solsticio de invierno caía en la noche del 24 de diciembre, en ese tiempo la mayoría de las culturas festejaban el renacimiento, el nacimiento del rey sol, de un nuevo ciclo, y lo hacían con festivales, ferias, reuniones o rituales.

 Lo hacían principalmente porque las poblaciones eran meramente agrícolas y en el hemisferio norte los fríos los mantenían en cubierto y estarían en espera tres meses, los cuales eran de privación. En esa época, los animales eran sacrificados para no tener que alimentarlos durante el invierno, con eso se alimentaban esos meses duros, mientras que los vinos cosechados meses antes, empezaban a madurar y estaban listos para beber, a esas fiestas en la cultura romana les llamaban Saturnales, pues eran realizadas en honor al dios de la agricultura llamado Saturno, las cuales se celebraban entre el 17 y 23 de diciembre, salían a la calle a la luz de las velas y antorchas, poniendo fin al período más oscuro del año, se considera que en diciembre se presentan las noches más oscuras del año, y se celebra el nacimiento del Sol Invictus en 25 de diciembre, señal de finalizadas las labores del campo ese año, eran días de solaz y descanso.

 Tito Livio afirmaba que la fiesta Saturnal se estableció en el año 217 antes de cristo, el mismo año del desastre de Trasimeno, la batalla más sangrienta y más romántica que hayan tenido los cartagineses a su favor, la cual elevó a leyenda a un desanimado y maltrecho Aníbal, eso hizo reflexionar a los romanos en cuanto a la forma de conducirse y como se relacionaban con sus dioses. Después de la apabullante derrota, los romanos decidieron hacer sacrificios en el templo de Saturno, se invitó a las personas a dar los gritos saturnales y a tomar ese día como festivo. Ese día no se podía estar triste, era la voluntad del dios, no mientras durase la fiesta.

 Luciano de Samosata, señalaba que el deseo del dios era la de extender la alegría por todo el mundo, allí se reflejan los aspectos primordiales que se señalarían como nueva ley instituida por Saturno para el desarrollo de su fiesta, establecía que se abolían las actividades públicas y que el carácter festivo debería prevalecer en las actividades privadas, decía: “que nadie tenga actividades públicas ni privadas durante las fiestas, salvo lo que se refiere a juegos, las diversiones y el placer, sólo los cocineros y pasteleros pueden trabajar. Que todos tengan igualdad de derechos, los esclavos y los libres, los pobres y los ricos. No se le permite a nadie enfadarse, estar de mal humos o hacer amenazas. No se permiten auditorías a cuentas. A nadie se le permite inspeccionar o registrar la ropa durante las fiestas, ni practicar deportes, ni hacer discursos, ni hacer lecturas, excepto si son chistosos o graciosos, que producen bromas y entretenimientos.

A esta fiesta se le denominaba la “fiesta de los esclavos”, ya que eran recompensados con raciones extra de comida y vino, Catón el Viejo, les concedía a sus esclavos en las Saturnales una ración extra de 3.5 litros de vino, gozaban de tiempo libre y otros privilegios que no gozaban durante el resto del año, incluso eran reemplazados en sus tareas por sus dueños. Los ritos de inversión no sólo se festejaron en Roma y sus colonias, esto ya se practicaba en Creta durante los festivales de Hernaea y en Tracia durante el mes de Gerastius. Estas fiestas fueron propicias para la hermandad y los visos de libertad universal, quitaron las barreras de libres y no libres.

 Plinio en una carta que le envió a su amigo tácito señalaba: “No es en calidad de señor dirigiéndose a un señor, ni en calidad de esclavo, dirigiéndose a un esclavo, es en calidad de un señor dirigiéndose a un esclavo, puesto que tú eres señor y yo lo contrario; y precisamente me llamas a la escuela en el momento en que yo prolongo aun las Saturnales”. Cuando los cristianos fueron mayoría en Roma, fueron sustituyendo las Saturnales por una fiesta más mística, relacionada con el nacimiento de Jesucristo. No fue difícil la transición, el papado tenía todo el poder tanto religioso, como político, dejó que las fiestas se celebrasen en las mismas fechas y fue prohibiendo poco a poco el culto a Saturno, hasta que se diluyó por completo.

 En el siglo XVI, aparecería Santa Claus en la escena, posterior a que los holandeses llevaran la tradición de su santo regalador de oro al nuevo mundo Sinterklaas, que Washington Irvin popularizó por su mala traducción como Santa Claus, en el territorio de lo que hoy es México.

Los aztecas antes de los españoles celebraban la llegada del “Niño Sol”, al dios Huitzilopochtli, o “colibrí del sur”, en el primer día del Panquetzaliztli, que era el mes 15 del calendario náhuatl de 365 días, este día caía el 21 de diciembre.

Huitzilopochtli llegaba desde el punto más lejano de la tierra, durante el solsticio de invierno, cuando se retiraba al Mictlán al reino de los muertos, para renacer cada 24 de diciembre en la tierra, que era representada por Coatlicue, “madre colibrí”. Este renacer era festejado en Malinalco, en el hoy Estado de México.

No es difícil imaginar que los aztecas aceptaron la tradición navideña cristiana y el culto a la virgen morena, pues de una manera coincidente las fechas eran las mismas y las celebraciones se empezaron a hacer donde la memoria de los nativos estaba situada.

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